La muerte de una joven de 17 años, degollada por su pareja, hizo revivir en la opinión pública larense otro caso de similar crudeza: el de la dama descuartizada en Quíbor.
La escena del crimen en esta oportunidad fue en Cerro Atravesado de Siquisique, donde la víctima fue una adolescente de 17 años y el victimario Dusman Medina, de 35 años.
“A las 4:00 am iban a ir a Aguada Grande a comprar unas sandalias; les dije que era muy temprano sin embargo se fueron. A las 5:00 am., escuché una moto que pasó fuertemente y a las 6:00 am., regresó Dusman quien me dijo: Maté a su nieta. Yo no le creía; me insistía en llevarme al sitio donde la dejó pero me daba miedo por si me hacía lo mismo. Al rato se fue”.
Este es el relato de la abuela de la fallecida, Valeria Pérez de Rojas, quien estaba devastada por el dolor de perder a la joven que crió desde los siete meses.
“Le pedí a mi hijo que me llevara; no sabíamos dónde estaba pero seguimos los rastros de la moto, hasta que llegamos. Me sorprendí; se me partió el alma al ver que le cortó la garganta. Quería revivirla pero me la mataron. Sólo dos centímetros la unen con el resto del cuerpo”.
Confesó sorprenderse al momento de encontrarla. “Luego puse la denuncia y dejé a un señor cuidándola por si un animal se la comía. La Guardia Nacional fue después hasta Cerro ´e Caballo a la casa de Dusman donde estaba escondido. Tenía el cuchillo en su cuarto con el que me mató a mi muchacha”.
Luego el detenido fue trasladado a la sede del Cicpc donde se investiga su presunta participación en este terrible asesinato.
Tenían seis meses juntos
Seis meses de relación mantuvo la pareja que a pesar de la diferencia de edad (advertida por los familiares a la fallecida), no manifestaron tener problemas.
“Ellos estaban bien. Nunca dijo nada malo de él y tampoco le vimos actitud sospechosa. Dicen que ayer (domingo) estaba drogado pero no me consta. Ingería licor pero normal. Él se dedica a la agricultura”, informó.
Dijo que el presunto victimario le daba muchos regalos a su novia y ella pensaba hacer un curso de peluquería en Barquisimeto para luego unirse formalmente en pareja.
“Ella era muy hogareña; hacía oficios del hogar aunque dejó de estudiar pero era trabajadora y hasta cuidaba los animales que criamos en el campo”.
Espera que la justicia se cumpla y se condene a quien cometió el terrible suceso.
