A las bombas lacrimógenas, disparos de perdigones y agresiones físicas a los manifestantes por parte de los funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana y la Policía Nacional, ahora se agrega la barbarie puesta en práctica por grupos violentos armados que son apoyados por esos cuerpos de seguridad, denunció el abogado Ángel Ocanto, quien forma parte del equipo de profesionales del Derecho que asisten a los afectados por las actuaciones policiales y militares.
Desde el jueves se ha impuesto la modalidad del uso de metras, tornillos, clavos y tuercas, que son disparadas con chopos utilizados por los elementos violentos, quienes en un procedimiento de camuflage entran con los uniformados, escogen sitios de donde pueden operar y lo hacen con la mayor saña, al punto que son muchas las personas que han sido heridas con esos tipos de proyectiles.
El doctor Ocanto hizo un balance sobre todo lo que ha ocurrido desde que comenzaron las manifestaciones y las consecuencias que han traído las medidas represivas ordenadas por el Gobierno nacional.
Se observa un ensañamiento contra las jóvenes, a quienes los funcionarios, después de detenerlas y golpearlas, las obligan a gritar a todo pulmón consignas a favor de Nicolás Maduro, les profieren serias amenazas contra su existencia y les mutilan la cabellera, ruleteándolas antes de soltarlas.
La barbarie mayor se observa en Valle Hondo, Santa Cecilia y otros sectores de Cabudare.
A esta situación hay que añadir la agresión a las universidades y la destrucción de vehículos de habitantes de Patarata como respuesta a las protestas de la gente, dijo. Son prácticas fascistas.
