El reciente anuncio de implementación del nuevo Sistema Superior de Abastecimiento Seguro, por parte del ministro de Alimentación, Felix Osorio, ha causado alarma e incertidumbre en las familias venezolanas, que además de sufrir el desabastecimiento de algunos rubros básicos, deberán ajustarse a este nuevo programa.
“Es poco lo que sé al respecto”, dijo Carmen Alvarado, madre de familia y usuaria de Cecosesola, quien se mostró preocupada, porque en su casa conviven dos familias y desconoce las condiciones de este nuevo sistema y si el mismo se aplicará por número de miembros o por hogar.
“Creo que la adaptación será muy traumática para los venezolanos, que estábamos acostumbrados a comprar lo que queríamos, cuando lo queríamos. Yo no quiero vivir como en Cuba”, señaló.
A pesar de que el plan ha sido anunciado sólo para Mercal, Pdval y Abastos Bicentenarios, algunos compradores temen que luego sea implementado en otros establecimientos y no poder comprar cuando lo deseen o lo requieran.
Ana Ignacia García se confesó alarmada ante tal medida, ya que teme que al implantarse la medida no cuente con el monto suficiente, semanal, para hacer la compra. “Uno compra lo que necesita con lo que tiene, hasta donde alcance”.
Por su parte, José Jáuregui, profesional jubilado y pensionado, dijo desconocer totalmente el sistema. Acostumbra acompañar a su esposa los fines de semana a comprar los alimentos, ya que los días de semana debe trabajar de manera independiente “para que alcance el dinero”.
“Me preocupa, porque no sé cómo funcionará el sistema y como yo no estoy en la casa, es ella quien hace las colas en los abastos cuando nos dicen que hay leche o harina”, señaló.
A su juicio esta no es la medida correcta para garantizar el abastecimiento de alimentos. “El gobierno debe estimular la producción nacional. Pero nos toca esperar y ver cómo será”, exclamó.
Persiste el desabastecimiento
En un recorrido por diversos abastos y bodegas, incluyendo Cecosesola, se pudo observar que los barquisimetanos continúan haciendo largas colas, yendo de un lugar a otro para comprar lo que necesitan.
Los productos desaparecidos el día de ayer fueron el azúcar, café, aceite, servilletas y papel, que por más que los usuarios visitaron diversos establecimientos confesaron no encontrarlos. Cecosesola y algunos abastos del centro de la ciudad permitían comprar un paquete de leche y dos de harina por persona.
El precio de las hortalizas y verdura también generó molestia en la colectividad, ya que debieron pagar por el kilogramo de tomate entre 40 y 60 bolívares y de cebolla entre 30 y 40 bolívares. En algunas charcuterías el kilo de queso blanco se encontraba en aproximadamente 200 bolívares