Científicos de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (Suiza) han desarrollado una tecnología que permite reconocer las emociones del conductor para reforzar la seguridad de conducción.
Un conjunto de cámaras infrarrojas «leen» la cara y las expresiones del conductor, como se puede apreciar en el vídeo sobre estas líneas, las analiza y puede detectar si éste muestra señales de ira o disgusto.
Durante las pruebas el sistema acertó sobre todo al detectar signos de irritación. Además de revelarlos, las cámaras también saben si el conductor está cansado según el número de parpadeos, situaciones en las que el coche que en el futuro adopte estos mecanismosrecomendaría parar y descansar.
La investigación persigue prevenir accidentes anticipando comparativas de comportamiento en el estado de ánimo del conductor. Sin embargo, no es la primera vez que se desarrolla sistemas parecidos. Ya en 2009 la madrileña Universidad Carlos III desarrolló un mecanismo para detectar la somnolencia a través de una cámara, y en 2011 el estadounidense MIT creó un algoritmo que detectaba modelos de comportamiento de otros vehículos y alertaba de riesgo de choque. Si el conductor no reaccionaba, el sistema tomaba el control del automóvil.