Alcantarillas dañadas, grafitis en los emblemáticos monumentos de Los Leones, también en el piso, en los postes de alumbrado público, en los bancos de la plaza, además de adoquines rotos, y visibles daños en las aceras, son algunas de los daños que se pueden observar, tras casi un mes de batallas entre la GNB y manifestantes en los alrededores de la plaza La Libertad de Barquisimeto, al este de la ciudad.
La intersección de la avenida Lara con Leones, ha sido una de las zonas de la urbe, en las que más se han suscitado enfrentamientos entre los funcionarios de las fuerzas del organismo de seguridad del Estado, y estudiantes que junto a sociedad civil han salido a las calles, para alzar una voz de protesta al Gobierno nacional.
Estos acontecimientos han ocasionado sin lugar a duda, no sólo una serie de destrozos a la fachada y vía pública, sino también ha generado inconvenientes a los peatones y conductores que frecuentan está concurrida encrucijada, así como también a los comerciantes y trabajadores de la zona, en sus labores diarias.
Un comerciante del sector, señala que al percatarse que se acerca una manifestación, no hay segunda opción que cerrar inmediatamente el negocio y salir de la zona. Indica que “en las guarimbas, ya no se sabe quién es quién. Hay mucha gente encapuchada”.
Además manifiesta que como ciudadano de a pie, se hace muy difícil conseguir transporte público para retirarse, “por los medios posibles, cierro y nos vamos a nuestros hogares”. También aseveró que en estos enfrentamientos, se le hacen daños en la infraestructura del sector.
Por su parte, una recepcionista de una clínica adyacente, declara que para el momento en el que la Guardia Nacional Bolivariana y los protestantes están en la zona, se cierran las puertas del centro asistencial y sólo se atienden las emergencias.
Además señaló que han dejado ir a parte del personal administrativo antes de terminar su jornada, y que “parte del personal médico se ha ausentado de su puesto de trabajo, por no poder llegar a la clínica”, bien sea por que se hace casi imposible acceder a la zona por los disturbios o por la escasez de transporte público hacia el sector.