El presidente ruso Vladimir Putin firmó el lunes un decreto en el que reconoce la independencia de la república ucraniana de Crimea, informaron las agencias rusas.
Putin tomó la decisión de «reconocer a la República de Crimea como Estado soberano e independiente» teniendo «en cuenta la voluntad del pueblo de Crimea, expresada en el referéndum del 16 de marzo de 2014».
El decreto entra en vigencia «el día de su firma», indica el texto.
Crimea proclamó este lunes su independencia de Ucrania y pidió oficialmente su integración a Rusia, sin el consentimiento de la comunidad internacional ni de Kiev.
El Parlamento de Crimea aprobó por unanimidad su anexión a Rusia, de la que formó parte hasta 1954, y la nacionalización de todos los bienes del Estado ucraniano en su territorio, tras la abrumadora victoria de los partidarios de la adhesión a Rusia en el referéndum celebrado el domingo.
La Unión Europea (UE) y Estados Unidos anunciaron el lunes medidas selectivas –restricciones de visas y congelación de activos– contra varios responsables rusos y ucranianos prorrusos. Por su parte, Ucrania lanzó una movilización parcial de sus fuerzas armadas y llamó a consultas a su embajador en Rusia.
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El papa argentino saludó uno por uno y con particular cariño al grupo de unos veinte periodistas que esperaban delante de la sencilla residencia donde se aloja desde que fue elegido pontífice hace un año.
«Primero a la reina», dijo con tono divertido al saludar a la periodista Alicia Barrios, del diario Crónica, con quien mantiene una relación de amistad.
«Cada dos meses vengo a visitarlo», contó la reportera, a quien el papa quiso saludar en forma privada.
La presidenta Kirchner , que llegó acompañada por una importante delegación encabezada por el canciller Héctor Timerman, almorzó luego a solas con el pontífice.
Papa y Kirchner almuerzan a solas
El encuentro duró más de dos horas y estuvo marcado por un clima «familiar, cordial y alegre», indicaron fuentes argentinas.
La cara sonriente del papa y de la presidenta, las bromas y hasta las atenciones por parte de Francisco de cara a las dificultades de Kirchner con la bota ortopédica, ilustraron la afabilidad que reina ahora entre los dos líderes, que en el pasado protagonizaron desencuentros cuando el entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio lideraba la iglesia argentina.
La llegada al Vaticano del papa argentino abrió una nueva etapa entre ambos y la presidenta aprovechó el viaje a Europa para saludar a su compatriota, quien ha cosechado en un año una enorme popularidad en su país.
El resto de la delegación, de unas 14 personas, mantuvo una reunión con sus homólogos en el Vaticano, entre ellos el Secretario de Estado, Pietro Parolin.
Antes del almuerzo privado, una cita inusual en el protocolo vaticano, la presidente argentina entregó una serie de regalos al pontífice, entre ellos tres libros, un termo de plástico del bicentenario y una fotografía de Bergoglio cuando era muy joven junto a Lorenzo De Vedia, el llamado «padre Toto».
«Me la dieron cuando visité el barrio», contó la mandataria.
La presidenta argentina tiene previsto viajar este mismo lunes a Francia, para una visita oficial de dos días, miércoles y jueves, y asistir al Salón del Libro en París, ya que Argentina es la invitada especial.
Kirchner y el presidente francés François Hollande almorzarán el miércoles en el Palacio del Elíseo y «tratarán temas de la nutrida agenda que marca las relaciones entre Argentina y Francia, así como las cuestiones más importantes de la situación internacional», según la agenda anunciada.
