El guarimbero mayor

Este lunes 17 cumple 97 años de edad. Se llama Patricio Valero Pérez, mi padre. Está lúcido y no le duele nada. Lo único que se queja es que camina como bailan a San Benito, de un lado para otro. Para demostrar su fortaleza espera llegar a los cien años, pero a pesar de que anuncia que Leopoldo López será el nuevo Presidente de Venezuela, considera que ni él ni yo veremos el mandato de López, porque en Venezuela está instalada una dictadura comunista a la cubana y llevará tiempo poderla derribar. Los comunistas no creen en nadie, ni en Dios, sólo en ellos, son ateos, y cuando abrazan al poder prefieren morir antes de soltarlo, lo convierten en su dios. Para ellos el comunismo es todo y lo demás no existe.
Me ordenó, no sugirió, que redactara el artículo como una entrevista, para que todo lo dicho lo asumiera él y no yo, “porque usted (así nos llamamos los andinos) cuando escribe es muy suave, muy diplomático, y yo quiero decir las cosas por todo el cañón”: “Venezuela vive una dictadura comunista, tal como fue la de Stalin en Rusia y ahora la de Fidel y Raúl en Cuba. Ellos no conversan con nadie, sólo con ellos, y si te llaman es para darte órdenes, para que hagamos las cosas como ellos quieren y le digamos sí a todo. Así son los comunistas. Yo le puse a usted el nombre de Lenin, porque yo estuve en la Segunda Guerra Mundial como Comandante de la Compañía Antiaérea en las costas del oriente del país y para ese entonces había simpatía para con los rusos porque se aliaron con los americanos para derrocar la dictadura de Hitler en Alemania. Yo soy de izquierda, pero ni aliado ni servil de los dictadores. Ayudé al derrocamiento de Marcos Pérez Jiménez, después saqué a Fabricio Ojeda de la cárcel de Trujillo, lo llevamos a la montaña y lo acompañamos hasta su muerte. Él fue mi amigo, mi hermano. Yo fui sentenciado a 16 años de cárcel por ser Comandante en la lucha guerrillera, y hoy a mis 97 años de edad, quiero morir con las botas puestas luchando contra esta dictadura comandada por el anciano Fidel Castro, cosa que no soy yo”. Se refería a anciano.
“Yo soy un joven de pensamiento. Los estudiantes tienen razón. Hasta ahora hay una confrontación desigual, porque la dictadura está armada hasta los dientes, pero el líder está en Cuba y no en Venezuela, en cambio los jóvenes que están sufriendo una represión brutal tanto por fuerzas armadas militares como civiles, están construyendo sus propios líderes, sus propias barreras, sus guarimbas para contrarrestarlos. Los jóvenes están decididos a reconquistar la democracia y la libertad y salieron a la calle con ese propósito, lo que significa que utilizarán todos los métodos de protesta y la lucha será hasta el final. No creo que sea corta, pero están del lado correcto de la historia. Los partidos políticos del status tienen que reflexionar sobre esta lucha de la juventud, porque no es sólo de ellos, es de todos nosotros. Los partidos políticos tienen que ver que hay un descontento social que se está manifestando en la calle y en consecuencia tienen que actuar, porque de lo contrario se los llevará la creciente del río que va bajando”. Hasta aquí habló mi padre.
Cómo quisiera regalarle yo la dicha y la felicidad de que pudiera volver a ver la democracia por la que tanto luchó, y lucha. Quiero decirle a este campesino que está en la Urbina de Monay, estado Trujillo, que me siento orgulloso de él y dispuesto a seguir en la lucha con el deseo de que Venezuela restituya su democracia, que se sienta libre como el viento, que no aró en el desierto y que la semilla, esta juventud, que ahora está viendo crecer en los surcos que abrió en la tierra, le permitan ver una nueva cosecha con un nuevo gobierno, pero por ahora estoy seguro que con sólo verlos luchar se siente feliz. Un abrazo, la bendición y feliz cumpleaños para el guarimbero mayor.

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