Para recordar: “…Sea hecha tu voluntad en la tierra, como en el cielo.” (Mateo 6:10)
Este artículo está dedicado a todos los médicos que, el 10 de marzo, hayan celebrado su día, incluyendo a mi esposa Susana Rodríguez Joya. Y estamos agradecidos por aquellos, quienes cada día se preparan para ayudar a la humanidad y mejor aún, si se colocan en las manos de Dios.
Hay una frase que se escucha mucho y dice: “… de malagradecidos está lleno el mundo”. Y nos preguntamos: ¿A quién le agradecemos por las cosas que nos suceden: A Dios o al tiempo?
Tal vez sea la razón por la cual escuchamos otra frase, acuñada hace poco: “El tiempo de Dios es perfecto”. Pero, ¿cuántos sucesos nos ocurren a diario? Conseguir o perder trabajos, novios, novias, esposos, esposas, hijos, bienes, salud, estudios y hasta la situación del país que tenemos…
Con el párrafo anterior nos preguntamos ¿Quién nos permitió encontrar un trabajo? ¿Quién le sanó? ¿Por qué el novio la dejó? ¿Cómo fue que pudo viajar? ¿Por qué sucede lo que sucede?
Antes de proseguir aclaremos: No hay un solo versículo bíblico que diga: “El tiempo de Dios es perfecto” ¿Por qué? Porque si Dios es dueño de tiempo y de todo, por antonomasia, su tiempo es perfecto. Tal vez por ello, Jesús señaló: “Sea hecha tu voluntad en la tierra, como en el cielo”.
En nuestra opinión, nos parece una redundancia usar esa frase sobre el “tiempo de Dios…” ¡Como si el tiempo tuviera vida en sí mismo! Es como si dijéramos: “postrémonos de rodillas”; “voy a subir para arriba”.
De este tema hablamos con el Dr. William Rafael Oropeza Reyes, compañero de primaria (segunda etapa) y mutuamente nos consideramos como hermanos; quien es médico de profesión y está a punto de cumplir, si Dios lo permite, las bodas de “perla” (30 años).
Desde ya, felicitamos al mencionado galeno, quien se graduó en La Universidad del Zulia, luego hizo su post grado en la Universidad Centro Occidental “Lisandro Alvarado”, egresando como Otorrinolaringólogo. Es miembro fundador de la Sociedad de Otorrinolaringología de nuestro Estado y por todo lo que le sucede: Está agradecido de Dios.
Por eso Jesús, enseñándonos a orar dijo: “Sea hecha tu voluntad en la tierra, como en el cielo” y en el Getsemaní mencionó: “Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa. Sin embargo, no sea como yo quiero, sino como quieras tú” (Mateo 26:39).
Dado el tema, vale la pena preguntarnos, por la situación que está viviendo Venezuela ¿A quién le estamos pidiendo ayuda: ¿Al “tiempo” o a Dios? Jesús demostró, que aunque Dios, su Padre, sabía lo que Él necesitaba, nos enseño orar al decir: Padre Nuestro que estás en los cielos…, de allí en adelante la exposición de nuestros deseos. Y si se resolviera el problema de todos los venezolanos ¿A quién le vamos a agradecer?
www.ventanabiertalmundo.jimdo.com
