Luego del asueto de Carnaval, profesores, representantes y alumnos de la Escuela Nacional Cabudare, así como miembros del consejo comunal Los Rastrojos, observaron con estupor cómo eran desechadas numerosas cestas de verduras, hortalizas y carne, sin contar el pollo que estaba en un supuesto refrigerador de un local comercial a escasas cuadras de la institución.
Un camión compactador del Instituto de Servicios Públicos de la Alcaldía de Palavecino, tuvo que ser empleado para desechar los malolientes alimentos que servirían para el sustento de no menos 420 alumnos más 213 de preescolar.
Ollas de gusanos
Según declaraciones de Miguel Medina, representante del plantel escolar y vocero del consejo comunal del sector, al momento de efectuar la inspección de los alimentos en descomposición del Programa de Alimentación Escolar, PAE, “encontramos ollas con gusanos dentro de la cocina de la escuela. La fetidez era insoportable”.
El pasado miércoles (antes de Carnaval), miembros de la organización comunitaria se reunieron con la profesora Rosa García, directora del plantel educativo, así como también con la directora del preescolar, con el propósito de exhortarles repartiera equitativamente los alimentos entre los niños asistentes a clases “para evitar se pudrieran toda vez no aguantarían tantos días en una nevera”.
Recibimos como respuesta por parte de la directivo, -reveló Medina-, que no estaba autorizada por la Zona Educativa para repartir los alimentos, además tenía que existir la previsión para el inicio de las actividades académicas.
Pasados los siete días, al retorno de las fiestas carnestolendas, los productos estaban putrefactos.
Pollos en descomposición
Liliana Yépez, representante comunitaria de Los Rastrojos, declaró que la directora de la Escuela Nacional Cabudare ha intentado salvar su responsabilidad en cuanto a la pérdida de los alimentos del PAE, señalando al Consejo Comunal de Los Rastrojos como responsables.
“Expresamos ante la colectividad, especialmente ante los padres y representantes que no tenemos nada que ver en esto, más bien, le instamos a la directora se repartieran los rubros que podían dañarse. Sin embargo, existían alimentos para 15 días, llegándose a un acuerdo de distribuir los alimentos de siete días del asueto de Carnaval más los dos días del Decreto presidencial, lo que no ocurrió”.
Precisó que tanto la carne, unos 30 kilos y 53 pollos se descompusieron por no estar refrigerados.
Otro lote de pollos, 18 cajas en total, se encontraron en un refrigerador sin electricidad en un sitio cercano a la escuela.
EL IMPULSO intentó entrevistar a la directora Rosa García, para conocer su versión de los hechos, pero por orden de la Dirección Municipal de Educación, según reza un comunicado, “queda terminantemente prohibida la entrada de los medios de comunicación a las instituciones públicas del municipio”.
La portera nos informó, de manera cortés, que la funcionaria no daría declaraciones y que no podíamos entrar.
