Guarimbas, desinformación e incertidumbre

Lo primero que debo decir comenzando estas líneas, es que Maduro y su régimen acabó con el supuesto diálogo y con las conferencias de paz. Si no se produce un cambio de ciento ochenta grados en la actitud del régimen, ya nada hay que conversar. Peligrosa esa situación, pero me parece que es así. Por eso no entiendo la actitud del señorHirám Gaviria, hasta hace pocas horas diputado opositor, porque la MUD no quiere el diálogo. No es que no lo quiera, es que no hay condiciones para ello. No hay voluntad del régimen para rectificar. Se acabó, con un régimen así nada hay que hablar. Recomiendo la lectura de la carta del arzobispo de Mérida monseñor Baltazar Porras, en la cual explica las razones para no asistir a la conferencia de paz en Mérida, uno de los estados donde más represión ha habido.
Todo este escenario de diálogos insinceros, agresiones e intemperancias, detenciones y torturas, hizo que el secretario ejecutivo de la MUD, Ramón Guillermo Aveledo, siempre ponderado y justo, dijera hace pocos días, que el gobierno “está sembrando una guerra civil.”Graves palabras, como para tenerlas muy en cuenta. Muchos no saben lo que es una guerra civil y Dios nos ampare de semejante final. He recordado la frase de Pío XII: “Con la guerra todos perdemos, con la paz todos ganamos.” Se ha abierto, por otra parte, una polémica con las denominadas guarimbas. Por supuesto a ninguno nos gusta que nos entorpezcan el libre tránsito, además de ser inconstitucional yterminar las ciudades sucias e intransitables. Pero yo debo decir, que menos que las guarimbasme gusta Maduro y su régimen y las consecuencias de sus actos. Y algún efecto ha tenido el uso de esas guarimbas.Con toda su represión, el régimen no ha podido acabarlas y todas las mañanas tiene que salir a recoger la basura. Mucho efecto entonces ha tenido el uso de las guarimbas. Ojalá hiciera reflexionar al régimen madurista y pudiéramos verle un cambio de actitud. Por cierto, mucho le gustaban las guarimbas al fallecido Hugo Chávez. Por ahí está rodando un video suyo llamando a protestas, huelgas y a guarimbas durante el segundo gobierno de Caldera. Pero a ellos ni una palabrita en contra se les puede decir.
Igualmente hay mucha desinformación. Sólo los valientes medios impresos informan lo que ocurre, pero los audiovisuales en un silencio vergonzoso. Más informan afuera que acá, lo cual genera una incertidumbre que pesa, desconcierta, confunde. Y finalmente, mi repudio a la Defensora del Pueblo, Gabriela Ramírez. Sus escalofriantes declaraciones nos pintan de pie a cabeza a este régimen. Me gustaría ver algún día a Liliana Ortega, la de Cofavic, como Defensora del Pueblo.