Durante los últimos días, zonas residenciales de diversos municipios del país han sido escenarios de particulares protestas, donde sus habitantes colocan obstáculos en las vías con el propósito de manifestar su descontento o refugiarse de grupos identificados con el oficialismo.
En muchos casos, se producen enfrentamientos violentos entre los vecinos, la fuerza pública y los presuntos colectivos, tal como ocurrió el pasado domingo en la urbanización Valle Hondo de Palavecino, en Lara, o como sucede reiteradamente en Altamira, en el caraqueño municipio Chacao.
Para el sociólogo y profesor universitario Nelson Fréitez, un importante sector de la sociedad venezolana viene acumulando frustraciones, por lo cual en los últimos 4 o 5 años las calles han sido testigo de múltiples protestas. “El Gobierno cierra cada vez más los canales de participación para quienes no le son afectos, por lo tanto, a la gente no le queda más remedio que la manifestación callejera”.
Destacó que “desde el pasado 4 de febrero, se generaron protestas en los estados Táchira y Mérida que fueron reprimidas con brutalidad por los cuerpos de seguridad del estado, enardeciendo al Movimiento Estudiantil. La indignación de la sociedad civil fue el detonante de las intensas manifestaciones que hemos visto en los últimos días, y por supuesto, de la irracionalidad en sectores más radicalizados”.
Con respecto a las barricadas, apuntó que “constituyen un mecanismo que se utiliza en situaciones de enfrentamiento muy directo, pero tienen el efecto negativo de encerrar a los manifestantes y obstaculizar el tránsito, generando molestias en los vecinos del propio sector residencial”.
“Los cuerpos represivos, principalmente la Guardia Nacional Bolivariana, han actuado con mucha saña contra los manifestantes de zonas residenciales. Por otra parte, están las bandas paramilitares que se desplazan en motos. Esto radicaliza el conflicto, convirtiendo la protesta en un enfrentamiento entre los ciudadanos y la fuerza pública”.
El especialista subrayó que “en este momento, no hay un cuerpo más odiado en Venezuela que la Guardia Nacional Bolivariana”.
Aseveró que las barricadas también tienen un rechazo importante en la ciudadanía, por cuanto “se pierde el sentido político de eficacia. Al radicalizarse, la protesta se limita a una minoría enfrentando a otra”.
En tal sentido, indicó que “las manifestaciones se deben encauzar y retomar su carácter masivo”. Propuso exigir mediante acciones de calle la renuncia de los generales Octavio Chacón y César Figueira, y del ministro para la REDI Occidente Luis Reyes Reyes, a quienes calificó como “los verdaderos culpables de la represión y los atropellos que vivimos en Lara”.