Estudiantes y opositores venezolanos convocaron a una nueva manifestación este miércoles en Caracas, cuando se cumple un mes de intensas protestas en la capital iniciadas justamente con una marcha de universitarios, mientras en Chile los cancilleres de Unasur tratarán la crisis de Venezuela.
La movilización opositora podría cruzarse con otra marcha chavista, convocada este martes por el ministro de Educación, Héctor Rodríguez.
«Mañana marcharemos los jóvenes y estudiantes (…) por la paz y la vida», escribió en la red social Twitter.
El 12 de febrero, tras un llamado de organizaciones estudiantiles, Caracas fue escenario de una de las mayores protestas opositoras y se sintonizó con otras localidades, en particular San Cristóbal (oeste), donde desde principios de mes mantenían manifestaciones contra la inseguridad que golpea al país.
«Apelamos a la conciencia de los venezolanos para que no nos abandonen en esta lucha (…) por eso convocamos a los trabajadores, a las madres, padres, a los sindicalistas, a los gremios», dijo este martes el dirigente estudiantil Juan Quintana.
Las marchas opositoras se han multiplicado, algunas con decenas de miles de personas, sumando denuncias contra la inflación de 56%, la escasez y la represión policial de la mano de hechos violentos que dejan 21 fallecidos, el más reciente un estudiante que el lunes por la noche murió tras ser baleado en San Cristóbal.
Estudiantes y oposición regresan el miércoles a las calles en Caracas para marchar desde la Plaza Venezuela hasta la Defensoría del Pueblo, ruta desafiante porque transitaría por el municipio de Libertador, feudo del chavismo y cuya alcaldía bloqueó con las fuerzas de seguridad recientes marchas opositoras.
La movilización convocada por Rodríguez recorrerá también el centro por una ruta cercana a la opositora.
«Se lo decimos muy claro al país: el miércoles llegaremos a la Defensoría del Pueblo y no habrá piquete que valga, siempre bajo la lucha no violenta», dijo en rueda de prensa el también líder estudiantil Carlos Vargas.
Este martes, estudiantes y el alcalde de la Gran Caracas, el opositor Antonio Ledezma, acudieron a la embajada de Portugal y a la de México para denunciar las violaciones a los derechos humanos durante las protestas.
Desgaste ante el mundo
En la estrategia de calle también se cuentan aparatosos choques cotidianos -que ya cansan a los vecinos- de pequeños grupos de encapuchados que se enfrentan con piedras y bombas incendiarias a las fuerzas del orden en la zona este, feudo de la oposición, y que evocaron algunas escenas de la «primavera árabe».
Para el politólogo John Magdaleno, la protesta se mantendrá «pero con menor intensidad», ya que los reclamos que la han alimentado no han sido resueltos, pero es «muy prematuro hablar de la caída del gobierno».
«Las protestas han conseguido desgastar la imagen del gobierno, lo ha expuesto ante la opinión pública nacional e internacional, particularmente por los excesos de los cuerpos de seguridad del Estado», considera Magdaleno.
Las protestas han sido discutidas en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, mientras que en la OEA Panamá propuso sin éxito una reunión de cancilleres, lo que desató la condena de Maduro y la ruptura de relaciones diplomáticas y comerciales el pasado miércoles.
El tema de Venezuela será discutido el miércoles en Santiago por los cancilleres de Unasur, quienes crearán una comisión que aliente el diálogo en ese país.
«Los presidentes ordenaron a sus ministros de Relaciones Exteriores celebrar una reunión para crear una comisión (…) para que el diálogo construya un ambiente de acuerdo, de consenso y de estabilidad allí en Venezuela», adelantó este martes la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff.
Maduro se siente fortalecido
Maduro ha denunciado las protestas como «un golpe de Estado en desarrollo» supuestamente fomentado por la oposición y por agentes externos encabezados por Estados Unidos.
«Hemos respondido al golpe terrorista, a las acciones terroristas con más trabajo. Si ellos creen que nos iban a detener están bien locos, lo que nos dan es más fuerza para trabajar por este pueblo», sostuvo el lunes.
Hace un mes, una de las consignas de la manifestación enarboladas por Leopoldo López, líder del opositor Voluntad Popular, era «la salida» del gobierno de Maduro, lo que le valió ser acusado de incitar a la violencia.
Desde el 18 de febrero, luego de entregarse ante miles de sus seguidores, López permanece en una prisión militar mientras transcurre el plazo máximo de 45 días para definir su situación judicial.
Este mes de protestas ha evidenciado diferencias en el seno de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
El líder Henrique Capriles, derrotado por Maduro en las presidenciales de abril de 2013 por 1,5% de los votos, se distanció incialmente de las protestas, pero terminó por sintonizarse, aunque con cautela y advirtiendo que no hay condiciones constitucionales para la salida del gobierno.
López «encendió, encarnó el malestar» de la oposición y Capriles ha buscado encauzarlo evitando «consecuencias mayores por una obsesión de que no se repita la violencia postelectoral» de abril de 2013″, cuando en medio de las denuncias de fraude se desataron violentos choques callejeros que en dos jornadas dejaron una decena de muertos, explica Magdaleno.