Tras sus victorias en la ida de los octavos de la ‘Champions’, el Barcelona y el París SG tienen casi la clasificación en el bolsillo, pero con sensaciones muy diferentes, ya que el equipo español ha perdido fuelle en las últimas semanas.
El Barcelona, vencedor por 2-0 en campo del Manchester City, querrá olvidar el miércoles en el duelo de vuelta contra el equipo inglés la crisis de resultados del campeonato español, acentuada con la derrota del pasado sábado ante el Valladolid (1-0), que le ha dejado a cuatro puntos del líder Real Madrid.
Era la tercera derrota en los últimos seis partidos de liga y llega a menos de dos semanas para el Clásico ante el Real Madrid.
Por ello, el equipo azulgrana necesita una respuesta convincente ante los ingleses para despejar la sombra de una crisis que amenaza el futuro de una temporada ya bastante agitada extradeportivamente, especialmente con la dimisión del presidente Sandro Rosell en enero cuando estalló la polémica por el coste real del astro brasileño Neymar.
En el terreno de juego, no parece el mejor momento de forma de los azulgranas: el delantero argentino Lionel Messi sigue sin ser el jugador que era antes de la plaga de lesiones que sufrió el año pasado, a Xavi Hernández parece pesarle la edad, Andrés Iniesta es demasiado intermitente y Neymar está aún lejos del nivel mostrado con la selección brasileña.
El argentino Javier Mascherano reclamó este martes que no se entierre aún al equipo: «Optamos por los tres títulos todavía (liga, copa y ‘Champions’), así que no nos den por muertos aún».
City también tuvo un mal fin de semana al ser eliminado en cuartos de final de la Copa de Inglaterra por el Wigan, equipo de segunda división y actual campeón de la competición, pero cayó con varios titulares en el banquillo.
En Barcelona se teme sobre todo el poder ofensivo del City y no se quiere un partido de ida y vuelta, en el que los ingleses tendrían las de ganar.
El entrenador de los Citizens, el chileno Manuel Pellegrini, está suspendido para este partido tras sus críticas hacia el arbitraje en el partido de ida y tampoco podrá estar el central argentino Martín Demichelis, expulsado en ese encuentro, ni con el francés Samir Nasri, lesionado.
Por su parte, el París Saint Germain afronta una formalidad contra el Bayer Leverkusen en casa tras vencer por 4-0 en la ida.
Sólo una catástrofe en el Parque de los Príncipes privará al París SG del pase a cuartos, con lo que igualaría el resultado del año pasado (cuando cayó eliminado ante el Barcelona), pero el ambicioso propietario del equipo parisino seguro que quiere más.
Con la liga muy bien encaminada (aventaja al Mónaco en ocho puntos con 10 jornadas por disputar), el París SG tendrá también puesta la cabeza en el próximo domingo, cuando recibirá al Saint Etienne (4º), uno de los últimos obstáculos que tiene en su camino por revalidar el título doméstico.
Por este motivo, Laurent Blanc podría reservar a algunos de sus titulares ante el Bayer Leverkusen, aunque el técnico ya ha anunciado que su equipo jugará con total seriedad: «El rival tendrá un espíritu de revancha, por lo que hay que desconfiar. No se juegan partidos de Liga de Campeones de cualquier manera, se preparan bien».
El Bayer Leverkusen, por su parte, llega a París después de haberlo perdido todo en el último mes, con cinco derrotas consecutivas en todas las competiciones.
Primero quedó fuera de la Copa alemana al perder contra el Kaiserslautern (2ª división) el pasado 12 de febrero; de la ‘Champions’ se despedirá este miércoles tras perder 4-0 en la ida y en liga ha cosechado tres derrotas consecutivas que le han apartado incluso del segundo puesto.
El equipo entrenado por el finlandés Sami Hyypiä rompió la nefasta racha el pasado fin de semana, con un empate en casa del Hanóver (1-1) y el próximo sábado visitará al líder Bayern Múnich, en una de las pocas alegrías que el equipo puede dar ya a sus aficionados en lo que resta de temporada.