Hoy el miedo y los nervios reinan en la vida de este joven de 29 años, quien se encontraba el viernes en la tarde en la esquina de su casa conversando con unos amigos, cuando unos funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) lo abordaron, golpearon, dispararon perdigones y lo torturaron.
“Dentro de la tanqueta me preguntaban: ¿Quién es tu Presidente? y yo les decía que era secreto pero que no estaba con (Nicolás) Maduro y por eso me golpeaban más, incluso con el casco me reventaron la nariz”, así narró Willy David Meléndez parte de las horas más largas y sufridas de su vida. “Me pusieron un trapo en la boca con olor a gas lacrimógeno y me amarraron los brazos”.
Venezolano de nacimiento y víctima de quienes debieron resguardar su seguridad, ahora no sólo debe vivir con su déficit cognitivo el cual le impide articular bien las palabras, sino también con dos de los catorce perdigones de plomo que le propinaron la tarde del viernes los funcionarios.
“Uno me quedó incrustado cerca de la cervical. El médico indicó que casi me dejan inválido; ese es el que más me ha afectado y me da dolor de cabeza. El otro fue a centímetros del pulmón. Si me lo perforan, no lo estuviese contando. Ahora disparan para matar”, aseveró.
Le han hechos diversos exámenes y esperan los resultados para ir a un médico forense y posteriormente a la Fiscalía del Ministerio Pública a denunciar.
Es comerciante de profesión y contó que el día de los hechos un grupo de estudiantes de Medicina fueron hasta el sector de La Concordia a esconderse. Los uniformados estaban tras ellos pero como lo vieron a él parado junto a otros hombres, se lo llevaron.
“Venía la tanqueta, me agarraron, me dieron muchos perdigonazos, me montaron y dentro de la tanqueta me golpearon y me robaron los teléfonos. Me dijeron que era por lanzar piedras y por terrorista pero sólo estábamos conversando. También detuvieron a un albañil que estaba pintando unas rejas, a quien le quebraron el fémur de un disparo. Ayer (sábado) estaba en el Hospital Militar pero lo trasladaron al Central Antonio María Pineda”.
A Willy David se lo llevaron hasta el Destacamento 47 de la GNB donde lo mantuvieron sentado, con la cabeza abajo durante unas cuatro horas. “Me daban golpes. No me dejaban hablar. Hasta que llegó un primo que habló con un coronel y me soltaron pero antes me volvieron a golpear”.
No es la primera vez que esta familia pasa por una situación similar, pues en abril de 2013, una prima de él, cuando estaba cerrando su negocio en la avenida Morán, fue detenida y llevada al Destacamento 47. “Ya no se puede ni protestar, aunque yo no he salido. La verdad es que están violando los derechos que da la Constitución. El viernes a mi mamá le dio una crisis de nervios. Yo le dije al guardia que llamaran para que supieran de mí y me contestaron: No, no vamos a llamar, te vamos a matar”.
