El evidente deterioro que padece el campanario de la Catedral de Barquisimeto quedó al descubierto el pasado martes 4 de marzo cuando EL IMPULSO tuvo acceso al lugar a propósito de la actividad denominada Banderazo que se realizó frente a la citada parroquia.
Al ingresar al campanario para realizar las gráficas de la bandera humana el equipo reporteril de este rotativo se percató de la cantidad de escombros y desechos que abundan en el sitio, el cual está convertido en un depósito de lámparas, plásticos, adornos navideños, entre otros. Además de un tendedero y una cama improvisada, se observaron filtraciones en los techos y paredes, desprendimiento del friso, deterioro de la escalera y los pisos. El campanario es incluso utilizado para defecar y orinar.
A propósito del hecho se entrevistó al padre Pablo Fidel González, administrador de la Catedral de Barquisimeto, quien expresó que no sólo el campanario se encuentra en mal estado, también lo está la iglesia.
Deterioro
«Su estructura aunque muy bien pensada arquitectónicamente no contó con los estudios suficientes para prever lo que venía en el futuro», dijo González.
Señaló que el techo está deteriorado. “Originariamente, era una fibra de vidrio, azul, bastante oscuro, con unos paneles de anime, era un techo decorativo, a través de los años se dañó”.
«Le colocaron un manto que no sirvió. Hace 15 o 16 años se constituyó una sociedad llamada Amigos de la Catedral y conjuntamente con el Gobierno se logró una buena reforma de la estructura, sin embargo, no se evaluaron las consecuencias de ese vidrio transparente y el calentamiento que producen en el recinto los rayos solares».
Las filtraciones, el piso sin antirresbalante y la concepción errada sobre las áreas externas de la iglesia son otras de las preocupaciones del sacerdote.
«La gente cree que esto es un parque como el Cardenalito y resulta que la Catedral y su entorno es sagrado. La gente no sólo viene a caminar y trotar, también se acercan con bicicletas y patines, dañando el ornato. Parejas se acercan a hacer actos inmorales, otros quieren jugar fútbol o rayar las paredes externas. Esto es un ícono de la ciudad».
El lugar afectado
El campanario, dijo González, es de hierro y necesita mantenimiento, anticorrosivos y refrescamiento de la pintura. Desde que se levantó no se le hace arreglo alguno.
Las campanas no suenan. Se escucha es el reloj, el cual está programado según las horas del día.
«El campanario está deteriorado y el reloj electrónico necesita mantenimiento. Me abocaré para que todos colaboren con el rescate de la Catedral y sus estructuras, espero que la gente colabore y no dañe las áreas externas, y que la Alcaldía, Gobernación y empresas, se preocupen por cambiar el techo de la iglesia». Vidrios rotos, grafitis, robos, falta de vigilancia, son otros de los males que afectan a la iglesia.
«El acceso al campanario está restringido ya que nadie respeta este lugar sagrado. Es necesario convertir algunas áreas en jardines para que la gente no utilice las áreas como parque o gimnasio. Como no hay vigilantes ni ronda policial nos roban a cada rato».
Aunque aseguró que el campanario está cerrado, es evidente que alguien vive dentro del recinto.
Historia
Según registros de EL IMPULSO la Catedral, patrimonio de la ciudad, fue inaugurada el 14 de enero de 1969.
El proyecto del campanario, la plazoleta, instalación de vitrales y rehabilitación del techo se inició en 1997 por orden expresa de Rafael Caldera.
La torre del campanario incluye mirador y planta de megafonía, de 24 metros de altura, más los 9 metros de la cruz de metal que se eleva sobre la estructura. El mirador tiene unas dimensiones de 7,5 por 7,5 metros.
Para subir hasta el sitio fueron diseñadas unas escaleras con 16 pisos. El mismo serviría para ver la ciudad desde la Catedral, según Jesús Flores, ingeniero del proyecto. Al campanario subirían todos, de acuerdo al proyecto inicial emprendido por Flores, quien trabajó por tres años en dicho plan.
