Estados Unidos aumentó este jueves las presiones sobre Rusia al establecer restricciones a la entrega de visas a aquellos ucranianios y rusos que considera responsables de la situación en Ucrania, y dejó abierta la puerta a más sanciones.
La sede del gobierno estadounidense informó que el presidente Barack Obama había ordenado que se restringiera la entrega de visas «en respuesta a la violación de la soberanía y la integridad territorial de Ucrania que Rusia lleva adelante».
En una orden ejecutiva, Obama también autorizó el congelamiento de activos de los funcionarios e individuos contemplados en la iniciativa.
Un funcionario del gobierno dijo a la prensa que «esto debería enviar un fuerte mensaje de que le haremos pagar costos a Rusia por esta intervención. También nos da flexibilidad para responder en los próximos días de acuerdo con como sigan las acciones de Rusia».
Según el funcionario, que solicitó permanecer anónimo, «ya estamos gravemente preocupados con la intervención en Crimea, pero la situación puede escalar más si verificamos acciones en el este de Ucrania».
Sin embargo, fuentes oficiales destacaron que por el momento Washington no había verificado ningún movimiento militar en el este de Ucrania, más allá de la presencia de tropas rusas en Crimea.
Fuerzas rusas controlan la estratégica región de Crimea, sede de la Flota del Mar Negro, luego del derrumbe del presidente ucraniano Viktor Yanukóvich.
La orden ejecutiva firmada por Obama «es una herramienta flexible que nos permitirá sancionar a aquellos directamente involucrados en la desestabilización de Ucrania, incluyendo la intervención militar en Crimea, y no excluye otros pasos en el caso de que la situación se deteriore», añadió la fuente.
La administración estadounidense también reaccionó a la convocatoria de un referendo en Crimea para decidir si la región se escinde de Ucrania y vuelve a formar parte de Rusia.
La península de Crimea, rusófona y actualmente con un régimen de república autónoma, fue parte de Rusia hasta 1954, cuando el entonces dirigente soviético Nikita Jruschev decidió «regalarla» a Ucrania.
Un alto funcionario estadounidense explicó que «cualquier decisión sobre Crimea debe ser tomada en acuerdo con el Gobierno de Kiev».
«No se puede tener una situación en la que el gobierno legítimo de un país sea excluido de la toma de decisiones sobre diferentes regiones del país. Eso es una clara violación de la ley internacional», agregó.
«Este es un país con fronteras claramente definidas y sólo el pueblo de Ucrania puede tomar decisiones sobre su futuro político», indicó el alto funcionario.
Los líderes interinos en Ucrania tienen que «estar en la mesa» de negociaciones, indicó el funcionario, después de que las autoridades favorables a Moscú en Crimea pidieran al presidente ruso, Vladimir Putin, estudiar una petición para que su región vuelva a formar parte de la Federación Rusa.
Washington continuará «insistiendo en la integridad y la soberanía de Ucrania» como un todo, indicó el funcionario estadounidense.
Por su parte, el secretario estadounidense de Estado, John Kerry, mantuvo el jueves en Roma una segunda ronda de conversaciones con su homólogo ruso, Serguei Lavrov, en una tentativa por hallar una salida a la situación.
Lavrov dijo a la prensa rusa después de esas conversaciones que «no podemos informar a la comunidad internacional que estemos de acuerdo».
En Washington, el gobierno estadounidense ya adelantó su retiro de una reunión preparatoria a una cumbre del G8 en Sochi, y la suspensión de discusiones bilaterales con Rusia sobre comercio e inversiones.