¿Y la voluntad de rectificar?

El Papa Francisco, desde la ciudad eterna, se ha dado cuenta que al régimen venezolano le hace falta sinceridad, especialmente en su llamado al diálogo. La Santa Sede, como todo gobierno serio, es muy diplomática en los planteamientos que hace y sus documentos deben ser leídos entre líneas y con mucha agudeza. Francisco le ha pedido al gobierno de Maduro “reconciliación y diálogo sincero. ”Alguna razón tendrá el Papa para pedirlo. Y es verdad, no es el espectáculo televisivo que hemos visto estos días lo que requiere el país. No es la palabra hueca y sin sentido lo que va a conducir a Venezuela a una reconciliación. No, Venezuela necesita sinceridad, verdad, acciones concretas, sobre todopor parte del gobierno, que es quien dicta la pauta y cuya gestión política, económica y sociales lacuestionada.
El mejor diálogo es el que se hace sin espectáculo. Informando al país, pero sin espectáculo. El señor Maduro debería invitar a Miraflores para un verdadero diálogo, a los integrantes de la MUD, con Aveledo, Capriles, María Corina, Antonio Ledezma a la cabeza y acompañadosde todos los representantes de los partidos políticos que integran esa instancia, incluyendo la dirigencia estudiantil, para oírlos y para a su vez darles las razones que él tengapara un acuerdo sincero y viable. Ese diálogo se extenderá más adelante a otros sectores del país. Creo que la agenda debe comenzar con la reconciliación, respetando la posición ideológica de cada quien, y el primer paso debe darlo el gobierno concediendo la libertad al comisario Simonovis, a Leopoldo López, a todos los policías injustamente acusados por los hechos de 2002, concediendo una amnistía general a todos los exiliados, incluyendo a Carlos Ortega, Carmona Estanga, Manuel Rosales, los despedidos de Pdvsa, todos los que están en Perú y pasando la página de lo ocurrido en estos terribles 15 años. Por supuesto, liberando a los jóvenes detenidos desde el 12 de febrero para acá y cesando la persecución y la violencia contra la disidencia política y los jóvenes estudiantes.
Ese diálogo debe incluir un acuerdo inmediato para el nombramiento de un nuevo CNE equilibrado e imparcial. De sus cinco rectores, cada sector político debería tener dos rectores y un quinto rector absolutamente independiente y todos de reconocida  solvencia moral. Igual para el nuevo TSJ, el Contralor, el Fiscal General y el Defensor del pueblo. Respeto absoluto a la libertad de expresión en todos los medios y otorgar los recursos para el papel de la prensa escrita. Cese inmediato de la injerencia cubana en Venezuela y rendición de cuenta del dinero recibido por Venezuela. De lo contrario no habrá paz, se perderá la libertad, la democracia y quizás la República.