Las fuerzas de seguridad dispersaron el jueves con gases lacrimógenos a estudiantes que se dirigían a la principal autopista de la Caracas para evitar que la bloquearan, tras una manifestación contra el gobierno.
El alcalde del municipio capitalino de Baruta, Gerardo Blyde, en cuyas inmediaciones se registró el incidente, declaró a la prensa que los estudiantes caminaban rumbo a la autopista cuando fueron repelidos.
Los estudiantes se reagruparon luego en una zona cercana de la cual también fueron desalojados con gases lacrimógenos.
«Me pareció innecesario el segundo y tercer bombardeo de bombas lacrimógenas por parte de la Guardia Nacional Bolivariana», dijo Blyde, quien resaltó que luego de la primera descarga de gases los manifestantes se alejaron de la autopista y se ubicaron en distintos lugares de los sectores comerciales de Las Mercedes y El Rosal, en el este de Caracas.
En declaraciones a la televisora de noticias Globovisión, Blyde pidió a las autoridades policiales y a los agentes de la Guardia Nacional evitar los excesos a la hora de restablecer el orden.
«Les pido medida en las acciones que están tomando para el control del orden público», expresó el alcalde, quien reportó que al menos 15 personas fueron atendidas por socorristas con heridas leves y afectadas por los gases.
Desde la mañana la capital venezolana y la industrial ciudad de Valencia sufrieron fuertes congestionamiento de tránsito – pese a la escasa presencia de vehículos en el primero de dos días de asueto decretados por el presidente Nicolás Maduro- debido a que decenas de manifestantes bloquearon con barricadas algunas de sus principales avenidas.
Varias de las avenidas y algunos accesos a las autopistas del este de la capital fueron bloqueados con basura, generando malestar entre los transeúntes.
«Estoy harta, tengo la nevera vacía y ni siquiera hoy puedo ir al automercado porque está esta guarimba (barricada)», dijo a The Associated Press Alma Castillo, un ama de casa de 33 años.
«No soy chavista, pero no es justo que los propios vecinos nos hagamos esto. La protesta tiene que ser organizada y pacífica», agregó.
Tras las protestas de las últimas tres semanas en Venezuela se han registrado 16 muertos, 150 heridos y más de 500 detenidos, la mayoría de los cuales ya fueron puestos en libertad. Solamente a 55 se les formularon cargos, entre ellos funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional, la Policía Municipal de Chacao y un policía del estado andino de Mérida.
Universitarios y opositores, esencialmente de clase media, han protagonizado desde comienzos de mes protestas callejeras contra la galopante inflación, con una tasa anual de más de 56%; el desabastecimiento de productos básicos y la creciente criminalidad.
Maduro sostiene que las protestas son parte de un plan de la oposición para promover un golpe de Estado. Esta es la primera crisis que enfrenta el mandatario que asumió el gobierno en abril de 2013 luego de la muerte del expresidente Hugo Chávez.
«Nos quieren desmovilizar con este decreto que junta el Carnaval (que comienza el domingo) con estos dos días en que se recuerda el `Caracazo’. Maduro se equivoca, vamos a seguir en la calle, no vamos a dejar nuestra lucha democrática por seis días de playa», dijo a la prensa el dirigente estudiantil Juan Requesens.
Los estudiantes realizaron el jueves una concentración en una céntrica avenida, cercana al lugar de las escaramuzas vespertinas, bajo la consigna «ni un muerto más» para conmemorar a las víctimas de las violentas protestas callejeras de 1989 conocidas como el `Caracazo’. Al menos 300 personas murieron en aquel estallido al inicio del segundo mandato del socialdemócrata Carlos Andrés Pérez (1989-1993) desatado por una serie de alzas en los precios de la gasolina y las tarifas del transporte público.
En la ciudad central de Valencia, capital del estado Carabobo, se registraron bloqueos en las principales vías luego de que durante todo el miércoles se produjeron actos vandálicos en el populoso barrio obrero La Isabelica. Un grupo de jóvenes con los rostros tapados desmanteló e incendió la noche del miércoles dos vehículos, incluido un autobús de transporte de empleados de compañías privadas, en la avenida central del barrio.
Residentes de La Isabelica, que se consideran antichavistas, han protestado durante toda la semana con barricadas en llamas y lanzando piedras a la policía para quejarse de la escasez de productos básicos y el desempleo generado por el cierre de empresas de la zona industrial de Valencia.
«Voté por (Hugo) Chávez la primera vez (en 1998) porque él era nuestra esperanza» pero luego «todo fracasó», dijo Héctor Romero, un chofer del transporte colectivo de 46 años que trabaja en las rutas de La Isabelica. Explicó que debido a su decepción con el gobierno chavista, en las elecciones de 2013 votó por el opositor Henrique Capriles.
Una de las zonas más afectadas por el cierre de avenidas fue el próspero municipio de San Diego, gobernado por el opositor Vicencio Scarano, en el que barricadas aún humeantes y obstáculos con objetos punzantes impedían el tránsito, constataron reporteros de AP.
En el municipio San Diego, en Carabobo, se podían ver largas filas de personas intentando comprar pollo en cantidades limitadas, hasta dos por familia, en un operativo organizado por el alcalde local.
«Esto no debería seguir así», dijo a AP el ingeniero Armando Rodríguez, quien acompañado por su esposa y sus hijos de cinco meses y cuatro años hizo fila durante cuatro horas para comprar dos pollos que, como la harina de maíz, el aceite y el papel higiénico se cuentan entre los productos básicos más escasos.
La abogada Iraida Badacchino aseguró, mientras esperaba su turno para comprar pollo, que «si antes mis hijas se comían dos arepas (tortillas), hoy les digo que sólo se pueden comer una».