La salida de la crisis por la cual está atravesando el país transita por el restablecimiento de la democracia y la libertad en Venezuela, sostiene el Dr. Asdrúbal Aguiar, conocido jurista, escritor, profesor de varias universidades nacionales y extranjeras, y analista plolítico.
Al analizar la situación precisa, en primer lugar, que en la medida que no exista un diálogo verdadero y Maduro finga sus expresiones de paz, acompañándolas de gestos de violencia, la situación de conflictividad no va a cersar fácilmente.
En segundo lugar, hay quienes están focalizando las circunstancias alrededor de las llamadas guarimbas; pero, están olvidando lo más importante de todo esto. Y es que las guarimbas no son sino las consecuencias de una política de represión criminal de Estado puesta en marcha el 12 de abril y anunciadas bajo amenazas en los días previos del Día de la Juventud.
El Presidente le estaba negando la posibilidad a los medios impresos de que tuviesen una circulación a todo pulmón. Les negó las divisas, el acceso al papel del periódico, calentando con ello la calle. En paralelo amenazó a los medios y a los periodistas diciéndoles que no le importaba que lo llamasen dictador, pero que él le iba a poner reparo a la prensa amarillista.
Ejecuta una acción represiva que no tiene precedentes en la historia venezolana, cuando de manera generalizada, direccionada hacia un sector de la población civil con identidad política, mediante una política de Estado preestablecida, el gobierno causa muertes, heridos y torturas, produce violaciones a la integridad personal y dignidad de quienes disienten democrática de su postura. Obviamente, en este escenario, donde el gobierno pretende amarrarle las manos a la oposición y a su vez de tratar de ponerse en sus manos unas manoplas para desatar un duelo, hay una situación de verdadera disparidad y sobre todo de agravio, que no puede, en este sentido, digerir fácilmente la población venezolana.
En tercer término, hay otro hecho central: la manifestación del 12 de febrero no es meramente política o retórica con motivo del Día de la Juventud, demandando libertades o la renuncia de Nicolás Maduro. Es una protesta social que está acompañada de circunstancias materiales, que el gobierno no ha resuelto y que se están agravando: no hay alimentos, ni medicinas en los laboratorios y las farmacias, ni implementos médicos en hospitales y dispensarios, no hay repuestos para vehículos automotores. No hay dólares en un país que después de haber gastado 1.500 millardos de bolívares, hoy día tiene que vivir la más alta inflación que conozca el continente y tenga carencias que no tienen justificación ni explicación.
Hay quienes comentan que el problema que está viviendo Venezuela es que tiene un mal gobierno, incompetente para gestionar la cuestión económica.
Les digo que la crisis económica es porque no hemos tenido un gobierno democrático. No ha operado el control de los poderes públicos sobre el Ejecutivo. No ha habido transparencia en el manejo del tesoro nacional y se gastó el tesoro nacional justamente por obra de la corrupción, que en una democracia, en cierta forma, se controla, se vigila, se denuncia, se protesta. Esto no tiene salida sino mediante el restablecimiento de la vida democrática en Venezuela.
