Por un gran diálogo nacional, un encuentro sincero, abierto y fraterno que permita la discusión entre todos los factores que componen la sociedad venezolana, se pronunció la Conferencia Episcopal Venezolana, en un comunicado de ocho puntos enviado a los medios de comunicación.
El Episcopado expresa su preocupación sobre los últimos acontecimientos ocurridos en el país, sobre todo por la carga de violencia que ha generado muertes, heridos y destrozos de patrimonios familiares e institucionales, advirtiendo que los fallecidos no pertenecen ni al gobierno ni a la oposición, sino a sus familias y al pueblo de Venezuela, sin distinción de colores.
Estima la Iglesia que los estudiantes y el pueblo mismo tienen el derecho a la protesta acorde a lo establecido en la Constitución.
El Episcopado rechaza rotundamente el empleo de la fuerza ejercida en algunas manifestaciones por parte de organismos de seguridad del Estado, que se han extralimitado y han producido consecuencias lamentables e irreparables. El Poder Moral, especialmente la Fiscalía, debe investigar estos casos y poner en manos de la justicia a miembros de estos organismos que hayan abusado de su autoridad.
Insiste la Iglesia en la necesidad de un encuentro sincero, abierto y fraterno que permita el diálogo de todos los factores que componen la sociedad venezolana.
Como en otras oportunidades han expresado, el diálogo tiene sus propias características. La primera es el respeto y reconocimiento de los otros que son distintos, que piensan diversamente. Pedir diálogo y paz con un verbo encendido o incendiando la calle, no produce el efecto esperado. La segunda es la búsqueda de la verdad, para esclarecer los acontecimientos dolorosos que han enlutado a familias venezolanas. Es necesario que Venezuela conozca a quienes han delinquido y paguen su condena, sea quien sea.