Caminito que un día: 1814: Por aquí pasó Urdaneta (y 4)

Sitiado Urdaneta en San Carlos, cada día se le hacía más difícil defenderlo pues haciéndolo eran ya muchos los hombres de su pequeña tropa, incluidos numerosos oficiales, caídos muertos o heridos. La falta de agua dificultaba más aún la situación de los patriotas, mientras el enemigo, no sólo disponía de toda clase de recursos en alimentos y armas sino que día a día incrementaba el número de sus soldados.
Todas las vicisitudes vividas por las fuerzas patriotas dirigidas por Urdaneta en esta desesperadamente época de tan ominosos presagios para la suerte de la segunda república de Venezuela, las resumí en tres artículos publicados en este mismo espacio los días 21 y 28 de marzo y 4 de abril de 2011 a los cuales remito para su lectura a quien desee conocer el paso de Urdaneta por nuestros territorios. De allí copio unos fragmentos:
“… las calamidades patriotas eran inmensas este funesto año de 1814 y este ejército fue derrotado en Arao logrando Urdaneta sin embargo salvar buena parte del mismo y regresar a Valencia donde se encontraba el Libertador en circunstancias no muy favorables aunque pudieron mantenerse hasta el 25 de junio cuando Bolívar congregando todas las fuerzas disponibles, dispuso enfrentar a Cajigal en las sabanas de Carabobo, logrando vencerlo.
“Cajigal se retiró hacia Tinaquillo perseguido por las tropas de Urdaneta entre quienes con seguridad se encontraba el joven Juan Guillermo Iribarren” quien luego de participar en la batalla de La Victoria al lado de 78 compañeros estudiantes del seminario Tridentino de Caracas, se había sumado a las tropas que combatían contra Boves en los Valles de Aragua.
“En San Carlos y antes de regresar a Barquisimeto en persecución de Cajigal – escribió Urdaneta en sus Memorias, p.77 – dejó allí 100 hombres al mando del comandante José María Rodríguez, con el objeto de asegurar sus comunicaciones con el general en jefe…”
Esta pequeña tropa, enfrentada a las inmensas dificultades que le deparaban su poca fortaleza numérica, su carencia de recursos y el ataque permanente de guerrillas españolas que por todas partes se encontraban actuando contra ellos, marchó  hacia El Tocuyo y en El Molino, apenas 49 patriotas, entre ellos Juan Guillermo Iribarren, se unieron a Urdaneta. Marcharon a Mérida donde Iribarren “encontró a su paisano José Antonio Páez, ya hecho capitán sumándose al pequeño escuadrón de caballería que el futuro centauro llanero formó en aquella ocasión”.
Páez e Iribarren se separaron de Urdaneta en Bailadores, siguiendo hacia Nueva Granada el héroe zuliano y ellos dos hacia los llanos de Casanare.
¿Y cómo fue que Urdaneta se encontraba en El Molino?
Copiamos otros párrafos del artículo publicado el 4 de abril de 2011:
“… en persecución de Cajigal y cumpliendo órdenes de Bolívar, el General Urdaneta se movilizó a Tinaquillo y luego a Barquisimeto, dejando en San Carlos una guarnición de 100 soldados al mando del comandante José María Rodríguez” pero “imposibilitado de sostenerse  en Barquisimeto el General Urdaneta se retiró hacia El Molino a una legua de El Tocuyo, donde reorganizó sus pocas fuerzas para ir a Trujillo, Mérida y Nueva Granada”.
Eran los últimos días de la 2° república sobre lo que el Libertador dijo en su manifiesto de Carúpano el 4 de septiembre de ese año:
“A la antorcha de la libertad, que nosotros hemos presentado a la América como la guía y el objeto de nuestros conatos, han opuesto nuestros enemigos el hacha incendiaria de la discordia, de la devastación y el grande estímulo de la usurpación de los honores y de la  fortuna de los hombres envilecidos por el yugo de la servidumbre y embrutecimiento por la doctrina de la superstición”.
Pese a todo, fueron vencidos y hubo república. Hay república.