Dos heridos de bala, presuntamente disparados por efectivos de la Guardia Nacional, dejó la represión por parte de la fuerza pública a protestas realizadas por caraqueños la noche de este miércoles.
Ambos hechos de sangre se registraron en la parroquia de La Candelaria, en el centro de la ciudad capital, aproximadamente a las 9:30 de la noche, mientras se transmitía la cadena nacional del presidente Nicolás Maduro.
El primero ocurrió en la avenida Panteón. “La persona recibió un disparo en la pierna y fue llevado de urgencia a una clínica», señaló el dirigente civil de La Candelaria, Carlos Julio Rojas. El segundo hecho de sangre se registró en la esquina Candilito de la avenida Urdaneta, donde Alejandro Márquez fue perseguido y herido de bala por un GN, y también lucha por su vida en un centro médico privado.
Las agresiones quedaron registradas en videos caseros (que circulan en redes sociales) capturados por habitantes de los edificios aledaños, quienes fueron testigos de lo ocurrido.
Cabe destacar, la actuación militar se produjo en respuesta a una manifestación efectuada por vecinos de la zona, tal como lo han venido haciendo desde el 12 de febrero, cuando fue asesinado el estudiante Bassil Dacosta en la esquina Tracabordo.
“Esto es inaudito, como consignas y gritos exigiendo no más muertes e impunidad, a los minutos generaran una agresión desmedida de la GNB que respondió no sólo con perdigones y bombas lacrimógenas, sino hasta disparos de armas de fuego que usaron para repeler a vecinos con cacerolas”, declaró Rojas.
Otras zonas encendidas
Los actos de represión se duplicaron en otras zonas de Caracas, siendo Altamira uno de los más afectados. En esa zona, ya tradicional para la protesta opositora, la Guardia Nacional ingresó a los edificios donde se resguardaron grupos de estudiantes, y lanzó bombas lacrimógenas en el interior.
Vecinos resultaron afectados por los gases tóxicos y la Policía de Chacao atendió llamados de emergencia generados por ello, según informó el alcalde Ramón Muchacho.
Igualmente, residentes de Altamira denunciaron la presencia de motorizados armados, que habrían actuado con resguardo de los uniformados, que recorrieron la zona efectuando disparos con armas de fuego, aunque no se reportó ningún herido. En estos sucesos, el estudiante Carlos Tejada, de la Universidad Metropolitana, perdió el ojo izquierdo al recibir el impacto de una bomba lacrimógena. También cinco periodistas resultaron agredidos, dos de medios nacionales y tres internacionales.