El presidente estadounidense Barack Obama calificó el miércoles de «inaceptable» la violencia que ha surgido en Venezuela y aseguró que son «falsas» las acusaciones de que diplomáticos de Estados Unidos expulsados de territorio venezolano habrían participado en actividades irregulares.
Al término de una cumbre de líderes de Norteamérica en México, el mandatario estadounidense llamó a liberar a los manifestantes detenidos y pidió a las autoridades a involucrarse en un verdadero diálogo en esa nación. Obama dijo que en lugar de distraerse en hacer «falsas acusaciones» contra sus diplomáticos, el gobierno de Venezuela debería enfocarse en los reclamos de la gente de su país.
Hace unos días, el presidente venezolano Nicolás Maduro ordenó la expulsión de tres funcionarios consulares estadounidenses por supuestas actividades irregulares en las universidades.
Venezuela ha sido escenario en el último mes de protestas en las calles de jóvenes y opositores al gobierno de Maduro que en los días recientes se han tornado violentas y han dejado seis muertos y decenas de heridos y detenidos.
Los manifestantes acusan a Maduro y a su predecesor Hugo Chávez de los altos índices de criminalidad y de otros problemas que agobian a los venezolanos como la galopante inflación y la escasez de bienes y servicios de primera necesidad.
Mientras que en Managua, el presidente Daniel Ortega aseguró el miércoles que las protestas violentas en Venezuela «no son casualidad» sino los resultados de la conspiración de Estados Unidos y de países europeos para «derrumbar» al gobierno de Nicolás Maduro que resultó electo en proceso electoral democrático.
En acto público desde la capital nicaragüense, Ortega indicó que en la cumbre en que participaron los miembros de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en Cuba se acordó que el continente es una «región de paz» y que para lograr su desarrollo se debe continuar el modelo de alianza de los pueblos de la región independientemente de lo que digan o quieran los Estados Unidos.
«No es casualidad que semanas después que se celebró en La Habana la cumbre de la CELAC, se produce una manifestación de fuerza bruta en la hermana República Bolivariana de Venezuela, porque no se puede llamar de otra forma el actuar de una fuerza política que pretende derrumbar a un presidente que ha sido electo por los votos», dijo Ortega durante un discurso en un acto de ascenso de grados militares.
Ortega agregó que lo que ocurre en Venezuela es «producto de una conspiración constante» que realizan todos los días y en todos los países «el imperio y sus aliados que no aceptan que van perdiendo la hegemonía que tenían hasta hace unos años en estas tierras que consideraban su patio trasero».
Venezuela es el segundo socio comercial de Nicaragua, después de Estados Unidos. Desde que Ortega asumió la presidencia en 2007, la cooperación de Caracas a esta nación supera los 2.500 millones de dólares.
Phyllis Powers, embajadora de Estados Unidos en Managua, rechazó los señalamientos que han hecho Maduro y otros miembros de su gobierno de que la situación en la nación sudamericana es producto de un boicot organizado desde Washington.
«Las acusaciones del presidente Maduro son falsas y carentes de fundamento», dijo Powers consultada por periodistas, para luego agregar que «siempre estamos apoyando los derechos humanos, las libertades fundamentales, como reunirse y la libertad de expresión; y de tener conversaciones de los ciudadanos con sus gobiernos».
Antes, el secretario General de Naciones Unidas Ban Ki-moon también se había pronunciado porque las partes involucradas en Venezuela puedan establecer un diálogo y resolver los desafíos de forma pacífica.
Naciones Unidas difundió el miércoles un comunicado en que informó que Ban «se ha enterado con pesar sobre los recientes desarrollos en Venezuela y lamenta la pérdida de vida y los incidentes de violencia».
La ONU agregó que Ban «ha tomado nota de las inquietudes expresadas por los gobierno de la región y tiene esperanzas de que se pueda establecer un diálogo incluyente entre los involucrados pertinentes a fin de abordar pacíficamente los actuales desafíos que enfrenta el país».
En Washington, la vocera del Departamento de Estado Marie Harf pidió el miércoles que los detenidos durante las manifestaciones en Venezuela reciban la garantía del debido proceso porque el gobierno tiene la obligación de proteger los derechos fundamentales de los venezolanos.
«Creo que una de las cosas que hemos visto en los últimos días, en realidad desde hace mucho tiempo, francamente y en muchas ocasiones, es que el gobierno venezolano está tratando de distraer la atención de sus propias acciones para culpar a los Estados Unidos, o a otros miembros de la comunidad internacional de los eventos que suceden al interior de Venezuela», afirmó Harf.
Las reacciones se han extendido a diferentes ámbitos y a nivel mundial.
El cantautor panameño Rubén Blades planteó la necesidad de que surjan nuevos protagonistas o grupos independientes, como los estudiantiles, con iniciativas que ayuden a superar la «rabia partidista y el odio de clases» que dividen al país sudamericano.
En un texto de opinión que publica en su portal oficial en Internet, Blades achacó la parálisis que vive Venezuela a la «intransigencia» del gobierno y de la oposición, así como a la falta de un liderazgo que «establezca un propósito de lucha que unifique al país, en lugar de dividirlo».
La Embajada de Venezuela en Panamá no respondió un mensaje dejado por la AP el miércoles en busca de comentarios.