Brasil ya fue uno de los países con los mayores índices mundiales de casos de sida, pero en las últimas dos décadas se ha vuelto, al contrario, un centro de referencia en prevención, tratamiento e investigación científica para combatir esta enfermedad. Científicos de la Universidad de São Paulo (USP) presentaron esta semana los resultados positivos de una vacuna, que puede ayudar a erradicar este mal, después de exitosas pruebas con monos.
La vacuna contra el sida comenzó a investigarse en Brasil en el año 2002, en los laboratorios de la USP, en el hospital del corazón y otros centros de referencia científica del país, como el instituto Butantan, especializado en el estudio de ofidios y desarrollo de vacunas.
El desafío del estudio era descubrir fragmentos del virus HIV, que ataca el sistema inmunológico, para identificarlos y atacarlos con el propio sistema de defensa del organismo. Los investigadores descubrieron entonces 18 fragmentos reconocibles del virus HIV en muestras de sangre humana, abriendo el camino para la creación de la vacuna.
Para iniciar el estudio, los científicos eligieron casos de pacientes que tenían el virus, pero no habían desarrollado la enfermedad, pues consideraron que esos organismos eran los que mejor sabían defenderse. «Esas personas son las que mejor saben defenderse naturalmente contra el virus, y con ellos estudiamos el detalle de la respuesta inmune contra el virus, lo que nos ayudó a diseñar la vacuna», explicó el científico Jorge Kalil, director del Instituto Butantan.
La primera vacuna experimental surgió cuatro años después del estudio, después de ser probada con éxito en ratones. Los resultados fueron publicados en 2010 en la revista científica Plos One. En noviembre del año pasado, los investigadores sintetizaron una nueva vacuna y la probaron por primera vez en monos, con un resultado sorprendente: El sistema de defensa de los monos reaccionó entre cuatro y diez veces mejor que el de los ratones. Los resultados en monos son decisivos porque son los animales más cercanos genéticamente a los humanos, lo que indica que será posible obtener una vacuna, uno de los grandes desafíos de la ciencia, en las últimas tres décadas.
«En 2006, ya habíamos probados la vacuna en ratones, que solían responder mejor que los monos a la inmunización. Para nuestra sorpresa, la respuesta inmune de los monos fue de 4 a 10 veces mejor que en los ratones», señaló Edecio Cunha Neto, investigador de la universidad de medicina de la USP y coordinador del estudio. El principal desafío del estudio era justamente que el sistema inmunológico reconociera el virus antes que atacase su sistema de defensa.
Los próximos pasos del estudio, considerado aún piloto, es realizar las pruebas en otros 28 monos. Los primates serán divididos en cuatro grupos y recibirán diferentes combinaciones de vacuna, para evaluar cuál es la que provoca mejores respuestas inmunes.
Según el doctor Edecio Cunha Neto, investigador de la universidad de medicina de la USP, las pruebas en humanos comenzarán a realizarse en tres años, en personas que tengan bajo riesgo , para saber si la vacuna es segura y si desencadena una respuesta inmune. Según Kalil, el estudio brasileño da señales de que la ciencia puede alcanzar el sueño de combatir esta enfermedad. «Estamos llegando muy cerca», dice.