Mártires de la libertad

El don más grande que dios nos ha dado después de la vida, es la libertad. La libertad es concomitante con la vida, van juntas. Sin libertad el ser humano es un autómata,  manejable y programable. Pero repito, gracias a dios, no somos así, somos seres libres, dotados de razón, capaces de discernir y conducir nuestras vidas a buen fin o, lamentablemente, a un mal objetivo. Qué importante es formarsepara el bien, formar a nuestros hijos en el buen uso de la libertad.dice el catecismo de la iglesia católica que el ser humano fue creado por dios para que le ame y ame a sus semejantes. Pero también dice que dios quiere que ese amor se ejerza libremente, no obligado. Un amor a dios sin libertad, no tendría valor. La defensa de la libertad es obligatoria para quienes sabemos que es don de Dios.
ha habido y los hay todavía, espíritus humanos que han querido imponerse, violando la libertad de las personas y violando sus vidas. No los voy a recordar aquí. Por amor a la libertad y por el respeto al derecho a ejercerla, han muerto muchos seres. ¡hay de aquellos que atenten contra la libertad de sus semejantes!dios tiene el momento para el castigo. Esta semana que pasó ha sido muy dura en venezuela. Dolorosa. Estuve el 12 de febrero en la marcha acá en barquisimeto. Concurrida, alegre. Yo estaba “coleado”. Eran jóvenes, casi niños, los que marchaban. Llevaban pitos, banderas, consignas pidiendo libertad, seguridad y abastecimiento. Iban en camaradería. Me conmovía ver esa muchachada y emocionaba hasta las lágrimas su canto del himno nacional. No quieren abandonar a su patria, la aman entrañablemente. ¡cómo no amarla!al final cuando todo parecía  haber terminado y por grupos empezaba la retirada, se oyeron gritos, la gente corría, la gn o el ejército,  agredían, sin explicación, a los muchachos. Empezó una fuerte lluvia, pero nadie se fue, allí estaban los muchachos, se escondían, son tan valientes que lograron dispersar un pelotón de guardias, pero hubo estudiantes presos, heridos, las clínicas del este llenas y los padres angustiados porque no sabían de sus hijos. Qué barbaridad de gobierno.
En medio de aquel caos oímos la noticia de la muerte en Caracas, de los jóvenes Bassil da Costa  y Robert José Redman. Vidas frustradas, ilusiones perdidas, familias desgarradas y el gobierno miente, acusa a quienes no fueron los asesinos. Este salvajismo debe terminar. Las protestas continúan, no hay miedo, y han nacido dos mártires de la libertad.