Los elefantes asiáticos se consuelan y calman unos a otros con contacto físico y vocalizaciones cuando están angustiados, según las conclusiones de un estudio que publica este martes la revista estadounidense PeerJ.
«Durante siglos, la gente ha observado que los elefantes parecen ser animales muy inteligentes y empáticos pero, como científicos, teníamos que probarlo», señaló el autor del estudio, Joshua Plotnik, que estudiaba en la Universidad Emory, en la ciudad estadounidense de Atlanta, cuando inició la investigación.
Entre los animales el consuelo es raro aunque existe una abundante evidencia empírica de comportamientos de confort, compañía y condolencia entre los simios mayores, los cánidos y ciertos córvidos.
El coautor del estudio, el profesor de psicología Frans de Waal, que dirige el Centro Nacional Yerkes de Investigación de Primates en Emory, anotó que «con sus fuertes vínculos sociales no es sorprendente que los elefantes muestren preocupación mutua».
«Este estudio demuestra que los elefantes se estresan cuando ven a otros que sufren estrés y se acercan para calmarlos en un gesto que no es muy diferente del de los chimpancés o los humanos, que abrazan a alguien cuando está angustiado», añadió.
Plotnik, que ahora trabaja en la Universidad Mahidol, en Tailandia, escribió que «los humanos son únicos de muchas formas, pero no tantas como creíamos».
Metodología
Para este estudio, los científicos observaron durante casi un año a 26 elefantes asiáticos cautivos en un campo para elefantes de 13 hectáreas en el norte de Tailandia, y registraron las instancias en las cuales un elefante mostró una reacción de estrés y las reacciones de los elefantes cercanos.
Las instancias de estrés respondieron a causas que los científicos no pudieron determinar o a causas observables, como el paso de un perro, una serpiente o algún otro animal, o la presencia de un elefante hostil. «Cuando un elefante se inquieta, sus orejas se extienden a los lados, la cola se yergue o se curva hacia arriba, y el animal emite un ruido de baja frecuencia, o como una trompeta», explicó Plotnik.
El estudio encontró que los elefantes cercanos se aproximaban al individuo estresado para un contacto físico directo más frecuente que el registrado durante los períodos de calma.
En un ejemplo típico, un elefante se acerca al costado del animal estresado y usa su trompa para tocarle la cara o coloca su trompa en la boca del otro elefante. «Es una posición muy vulnerable porque puede ser mordido», señaló Plotnik. «Y el mensaje puede ser: ‘Estoy aquí para ayudarte, no para lastimarte'».
Asimismo los elefantes que respondieron al estrés mostraron una tendencia a las vocalizaciones con diferentes ruidos.