La demanda estética cada día aumenta más en nuestro país, pero también aumentan los casos de personas que han sido víctimas de procedimientos cruentos que les han dejado grandes secuelas en su organismo, incluso han perdido la vida.
Es casi imposible que las personas desistan de querer mejorar su imagen. Los especialistas se han dado a la tarea de investigar y crear procedimientos en los cuales se logren excelentes resultados, pero disminuyendo grandemente los riesgos a los que se exponen los pacientes para alcanzar el sueño de verse bien.
Los procedimientos mínimamente invasivos vienen a sustituir grandes cirugías que comprometían la vida del paciente en quirófano, enormes heridas que dejaban cicatrices imborrables, pero más aún el hecho de exponer al paciente a interminables horas en quirófano bajo anestesia total.
Igualmente, someter a la persona a los famosos “combos”, donde se les hace de todo para “aprovechar la anestesia”, mamoplastías de aumento o reductivas, liposucción convencional, abdominoplastia, ritidectomías o estiramientos faciales y más, en una sola intervención quirúrgica, dejando al paciente con heridas por toda su humanidad, que en la mayoría de los casos quedan estupendas, pero que en otras llevan el paciente a morir por diferentes razones, entre ellas infecciones generalizadas como sepsis, descompensaciones, paros respiratorios, paros cardíacos y tromboembolismos.
En el quirófano
Las intervenciones quirúrgicas estéticas y plásticas han ido evolucionando a tal punto de realizarse bajo anestesia local o bajo una suave sedación, ya que las mismas se hacen en menos tiempo y por supuesto se ha ido evitando el riesgo de realizar varios procedimientos al mismo tiempo.
Una adecuada alternativa para algunos pacientes que deseen mejorar su torso, es la técnica del “Tummy Tuck”, que permite corregir el volumen y reconstruir la firmeza del vientre sin necesidad de hospitalización, porque puede hacerse de manera ambulatoria y el paciente después de recuperarse de la anestesia y salir de observación, podrá irse a casa a continuar los cuidados con las indicaciones médicas.
Es una alternativa entre la abdominoplastia convencional y la liposucción de volumen en el abdomen y cintura, especialmente indicada para mujeres delgadas que acaban de ser madres y tienen el vientre flácido, también para las que tienen cierta grasa localizada en la zona que va desde el ombligo hasta el pubis.
Esta novedosa técnica se apoya en la liposucción y es una cirugía más leve y menos compleja que una abdominoplastia convencional, la cual está destinada a corregir los casos más severos de abdomen con exceso de piel sobrante o gran cantidad de grasa acumulada.
Se combina la lipoaspiración con pequeñas suturas encima del pubis y ombligo, las que lograrán un hermoso cuerpo de guitarra, tensando los músculos abdominales y logrando eliminar la piel sobrante.
Lo novedoso es que se consigue:
Reducir el tiempo de quirófano de una a dos horas cuando antes se llevaba hasta seis, lo que evita el riesgo de exposición a la anestesia por largos periodos.
Reduce el tamaño de la cicatriz, anteriormente le daba casi toda la vuelta al vientre dejando grandes y espantosas marcas, muchas veces con queloides que son cicatrices abultadas y dolorosas.
Se aprovecha de hacer liposucción en la cintura y abdomen para modelar.
No se necesita retirar puntos ni se dejan sondas para drenajes de líquidos, ya que no existen riesgos de seromas ni de acumulación de líquidos bajo la piel como ocurre con la abdominoplastia convencional.
Los tratamientos e intervenciones estéticas se han ido convirtiendo poco a poco en nuestro país un artículo de primera necesidad, pero no por esto debemos someternos a grandes riesgos ni exponer nuestra vida por desear mejorar nuestro aspecto.