La situación por la cual están atravesando los medios impresos nunca se había visto en el país, según la apreciación del profesor Andrés Cañizález, coordinador del programa comunicación política y libertad de expresión, de la Universidad Católica Andrés Bello, de Caracas.
De forma masiva se amenaza a los diarios y existe un riesgo real de cierre, indicó. Ya han cerrado temporalmente algunos periódicos y existe la posibilidad de que ese cierre se convierta en definitivo.
En algún momento este caso podría compararse con la actitud asumida por el entonces presidente de la República, Jaime Lushinchi, quien pensó en la utilización del control de cambio, a través de Recadi contra determinado medio.
Pero, la diferencia, cuando uno estudia lo acontecido en ese período de los años ochenta, fue que se trató de medidas aisladas, en particular contra el diario El Nacional, con el fin de castigar la línea editorial.
Lo que ocurre hoy es distinto porque se corresponde con una línea definitivamente masiva contra los medios impresos, doce de los cuales ya han sido seriamente afectados.
El riesgo es severo porque algunos medios emblemáticos del país (El Nacional, El Impulso, El Correo del Caroní, El Carabobeño y otros), que han hecho la historia del periodismo en Venezuela, debido a la falta de insumos, están a punto del cierre.
Este es un hecho sumamente grave, que no tenía precedentes en Venezuela y que, sin duda, estamos viviendo una hora terrible no solamente para la libertad de expresión, sino para el derecho de información de los ciudadanos.
En la medida que desaparezcan estos diarios, los grandes perdedores serán los ciudadanos que ya no tendrán las ventanas que les brinden información distinta a la gubernamental.
Eso que estamos viendo ahorita es un capítulo más de la constante que ha ocurrido en los últimos años, cuando paulatinamente se han ido cerrando las ventanas de información independiente en Venezuela.
La prensa escrita era el último sector de medios tradicionales que no había sido tocado por el gobiernol.
Los contenidos de la radio y la televisión han sido controlados por Conatel; pero, en el caso de la prensa escrita no hay un órgano que cumpla esas funciones por la misma naturaleza de los medios impresos.
Pero, el gobierno ha utilizado estos medios perversos de ir asfixiando progresivamente con la negativa de la asignación de divisas.
Se trata de una decisión política porque las personas que están al frente del otorgamiento de dólares son de confianza del presidente Maduro y, por lo tanto, éste es el responsable final de esta política del Estado.
En estas semanas, ya largas, de la falta de papel, la única declaración hecha por Maduro fue precisamente para decir que ejercerá mayores controles, que atacará el amarillismo, pero nunca ha dicho expresamente que entregará los dólares a los medios impresos para que éstos circulen libremente.
Aún más: el jefe del Ejecutivo dijo que no le importaba que le dijeran dictador, señal clara para dar a conocer la orientación del gobierno, el cual está dispuesto a aceptar el costo político que su decisión implica.
Esto quiere decir que el Ejecutivo Nacional continuará con sus restricciones hasta asfixiar por completo a los periódicos.