La creciente inseguridad, el férreo racionamiento de agua, el destartalado asfaltado, la insondable oscuridad, son solo alguno de los males que aquejan a los vecinos de Urbanización La Morenera.
Yuri Durán, vocero del consejo comunal Morevilla, asegura que “aquí nos cayeron las diez plagas de Egipto, porque nadie se ha atrevido a darnos la cura”.
Señaló que tienen más de quince años, sorteando toda clase de dificultades y clamando a las autoridades de turno los mismos dramas.
“Con cada Gobierno de turno debemos empezar de cero. No hay avances, no mejoramos más los problemas se agudizan”, espetó el dirigente vecinal.
Viven con luciérnagas
El alumbrado público en La Morenera es inexistente, o por lo menos no funciona –dijo Durán-, señalando que luego de las siete de la noche, es preciso caminar por las calles encomendado a todos los santos para que te protejan de un atraco y con una linterna en la mano, para divisar por dónde vas o evitar caer en una tronera de las minadas calles de la urbanización.
“El Gobierno inauguró, con bombos y platillos, la Misión Luciérnaga, idea extraída de la situación de penumbra en que se encuentra La Morenera, en donde vivimos con las luciérnagas porque son las que nos alumbran, dado las lámparas que adornan los 189 postes instalados en el año 89”, comentó el vocero comunal en llamado enérgico a Corpoelec.
La sequía es perenne
Durán explicó que tanto el acueducto como los colectores que se colocaron en ese urbanismo son de asbesto, razón por la cual luego de conocerse que ese material era cancerígeno, por decreto presidencial se eliminaron las fábricas de ese material, lo que ha ocasionando un sinnúmero de problemas.
“Aparte del feroz racionamiento impuesto por Hidrolara afectando a más de 900 familias, ahora se le suma que al fracturarse y desmoronarse cualquier tramo de tubería, la hidrológica debe improvisar uniones de goma y plástico, para solventar las frecuentes filtraciones”, reveló el vecino.
Se preguntó si los residentes de La Morenera son ciudadanos de primera o de segunda, porque antes consumían 30 metros cúbicos de agua por casa a un costo de 35 bolívares por mes, con un servicio ininterrumpido y ahora con el mismo consumo, con 15 días de agua por la regulación, el costo se ha incrementado en 800 bolívares por recibo.
Crece la quebrada
Durán afirmó que desde el año 89, los vecinos de La Morenera y urbanismos aledaños, han venido alertando al Ministerio de Ambiente y ante la comisión con esa competencia en el Concejo Municipal, la progresiva erosión de los taludes de la quebrada La Mata y como consecuencia el desplome de grandes ceibas centenarias que bien han podido salvarse con trabajos preventivos.
“Estamos a punto de ser testigos de una catástrofe anunciada como consecuencia del deslave en la quebrada La Mata y el arrastre de una veintena de casas y la inundación de un número mayor, dado en las cabeceras de este afluente tiene unos 50 metros de ancho y se reduce a menos de cuatro a la altura de los urbanismos. No es más que un cuello de botella que se erosiona con cada crecida, acercándose cada vez más a las casas, que ya están a dos o tres metros del talud”, certificó Durán.
