Para recordar: “Porque el Eterno vuestro Dios, es Dios de dioses y Señor de señores; Dios grande, poderoso y temible, que no hace acepción de personas, ni admite soborno…” (Deuteronomio 10:17)
Hoy nos tomamos la libertad, para agradecer en nombre de todos los articulistas del Diario El IMPULSO, porque el día 5 de febrero de los corrientes fuimos convocados por la directiva del Rotativo y también por colegas para recibir una placa y un bonito recuerdo (ver la reseña el día 06/02/2.014, portada y p.B10, del Diario mencionado).
Tomamos nuestro título, de la placa de reconocimiento, las palabras del arquitecto Juan Manuel Carmona y extrajimos otras frases, entre otras: “EL IMPULSO reconoce y exalta a los autores, fijos u ocasionales, de los artículos de Opinión, acogidos cada día en sus páginas”. Y agrega: “Es casi un centenar de mentes, brillantes y reflexivas, que apuntalan con sus escritos el edificio de las ideas, en su libre juego, tan frenético o sosegado como las circunstancias”. ¡Muy bien y muchísimas gracias! Por permitirnos crecer bajo la sombra de tan insigne Diario, como: “Forjadores de Opinión”.
Después de saludar a directivos y colegas, compartimos unos minutos, junto a nosotros se encontraba una de mis profesoras de piano Yuyita de Chiossone; aprovechamos de felicitar a la licenciada Luz Mariela Falcón, por su participación en la idea de la placa y de otras actividad.
A la periodista Ángela Ameruoso, le llamó atención cómo compartíamos por grupos, los que escribimos de diferentes temas y nos manifestó a: William Amaro, Alexander Cambero y quien redacta: “Acá están los que escriben de religión”. Eso nos muestra lo heterogéneo que ha sido el diario por largos años para con sus colaboradores.
Utilizamos otros minutos para hablar con nuestro Jefe de redacción, José Ángel Ocanto y le expresamos que Dios y la oración siempre deben estar presentes para que nos ayude, frente a la situación que vive el país y los periódicos.
En ese sentido, nuestro texto inicial dice: “…el Eterno vuestro Dios, es Dios de dioses y Señor de señores; Dios grande, poderoso y temible, que no hace acepción de personas, ni admite soborno…”
Por ello, deberíamos estar dispuestos a elevar oraciones, similares, como la de aquel rey del pueblo de Israel, Asa, quien dijo: “Oh Eterno, sólo tú puedes ayudar al desvalido ante el poderoso. ¡Ayúdanos, oh Señor, Dios nuestro, y en tu Nombre venimos contra este ejército! ¡Oh Eterno, tú eres nuestro Dios! ¡No prevalezca contra ti el hombre!”.
Solo esperamos que en nuestra lucha física, espiritual o de cualquier índole, nunca dejemos a Dios de último, o a un lado, porque como dijo el apóstol Pablo: “Ante esto, ¿qué diremos? Si Dios está por nosotros, ¿quién contra nosotros?” (Romanos 8:31).
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