Bolivar y la ampliacion del Canal de Panamá

Son espaciosas las informaciones que divulga la prensa universal, sobre las obras de ampliación del Canal de Panamá y las incidencias que derivan de esta gigantesca construcción de la ingeniería especializada, en proyecto de tanto alcance de comunicación inter-oceánica. Esta centenaria arteria de tránsito marítimo, anexa y se abre al tráfico entre los dos océanos más importantes del mundo contemporáneo. En esta obra de ampliación que se lleva a cabo, han ocurrido desacuerdos y diferencias, que estudian con buen juicio los interesados.
La reclamación más importante que suscita esta diatriba, es la que origina el consorcio español, a cuyo cargo corre la ampliación del canal, que anunció paralizar la construcción, en cualquier momento, a partir del 21 de enero de los corrientes, sino le reconocen la cantidad adicional sobre costos, de $ 1600 millones, cargados al contrato original, que monta a la cantidad de $ 3.200 millones. Estos son los reclamos que someten el trato justo, entre el grupo constructor (G.U.P.C.) y el Administrador del Canal. Los trabajos, aun no se han paralizado en esta estratégica obra inter-oceánica, sobre la cual se desplaza el 10% del comercio mundial.
En tiempos de Bolívar, ya construida la Republica, se conocen las primeras iniciativas relativas a la construcción del canal inter-oceánico, en el Departamento de Panamá, situado en territorio de la Gran Colombia, antes que los imperialistas norteamericanos, lo desmembraran de su ámbito raigal. El Vicepresidente Francisco de Paula Santander, fue el abanderado de esta iniciativa, que acuñó y desarrolló como trofeo personal, con mucho entusiasmo y dinamismo. De tal forma se comportaba, que escogió consorcio para realizar la obra y se ocupó de las formalidades jurídicas de la empresa, mediante una compañía comercial, propone al Libertador como Presidente de la organización y él actuaría en el rango homónimo de su cargo republicano.
De todo lo realizado informa al Libertador por vía epistolar y con hábil y cortés invitación, Santander procura inducir a Bolívar, a una conducta, que chocaba con la estricta ética administrativa del Libertador, quien en categórica carta responde confirmando sus principios, como lo revela este párrafo de esa correspondencia: “He visto la carta de Ud., en que me propone sea el protector de la compañía que se va a establecer para la comunicación de los dos mares por el istmo. Después de haber meditado mucho, cuanto Ud., me dice: me ha parecido conveniente no solo no tomar parte en el asunto, sino que me adelanto a aconsejarle que no intervenga Ud., en él. Yo estoy cierto que nadie verá con gusto que Ud., y yo, que hemos estado y estamos a la cabeza del gobierno, nos mezclemos en proyectos puramente especulativos y, nuestros enemigos, particularmente los de Ud., que ésta más inmediato, darían una mala interpretación a lo que no encierra más que el bien y la prosperidad del país. Esta es mi opinión con respecto a lo que Ud., debe hacer y, por mi parte, estoy bien resuelto a no mezclarme en este negocio ni en ninguno otro que tenga un carácter comercial”. (Carta de Bolívar al General Francisco de Paula Santander).
Fue Bolívar el primer gobernante que se ocupó conscientemente de exterminar la corrupción, asistido de sus concepciones éticas y la dignidad de sus paradigmas, tal como lo confirma esta enfática respuesta a  Santander, en el primer brote de corrupción de Estado en la Gran Colombia, que con su influjo y poderosa voluntad cortó de raíz, para que esa devastadora planta no siguiese produciéndose en el país.
La corrupción, el peculado, la concusión y el contrabando, son flagelos de larga data e nuestra Historia Fiscal. El Rey Carlos III, de la Dinastía de los Austria, por Decreto de 25 de noviembre de 1.776, creó la Intendencia de Ejército y Hacienda, para reprimir el contrabando y puso al frente de ella, al riguroso Contador José de Ávalos y lo dotó de regias competencias y autoridad. Este funcionario realizó notable trabajo, organizó las primeras normas fiscales y de hacienda que tuvo el país. Fue el brazo que suavizó los abusos y temeridades del monopolio de la Guipuzcoana y se erigió como núcleo y matriz del Ministerio de Hacienda, en bien y progreso de la administración nacional.