El rol que la madre desempeña en la formación de los hijos es insustituible. Aunque trabaje fuera de la casa, su participación en la educación de ellos siempre será determinante en la vida de éstos.
Sin importar quién se haga cargo de los hijos en ausencia de la mamá (sea esta una niñera, la abuela, la tía, la prima, una guardería) el deber es de ella y por lo tanto debe ser quien “ponga las reglas del juego”.
Es importante aclarar que si el papá está presente en la vida familiar esas reglas se deben poner en conjunto, y el darles seguimiento también deberá ser labor de ambos. Sin embargo en esta ocasión nos vamos a referir a las mamás que por una u otra razón, están llevando la responsabilidad de esa labor a título personal, es decir, sin la presencia de la figura paterna.
Una de las formas específicas de tener el control de la situación del hogar, es establecer límites. Para una mujer sola que debe encargarse de la administración del hogar y al mismo tiempo enfrentar una situación en la que deba requerir de los servicios de otra persona para el cuidado de los hijos, es de suma importancia tener claro el por qué son importantes los límites y que vale la pena implementarlos aunque sea “a distancia”.
Los límites son fundamentales en la vida de todo ser humano. Son una de las vías que permitirá poner en práctica el proceso educativo que toda madre se dispone a inculcar en sus hijos. Los límites ayudan a formarlos como personas autocontroladas, permitiéndoles sentirse más seguros. Establecer límites adecuados en la niñez posibilita que el o la menor fortalezca su autoestima y adquiera una conducta más estable y predecible.
Con el fin de facilitar que se dé un ambiente propicio para este proceso formativo será necesario que todas las personas que forman parte del entorno de la madre y las/los hijos se pongan de acuerdo y actúen de la manera más coordinada posible en relación a los límites a establecerse.
Habitualmente, resulta difícil ponerse de acuerdo cuando pensamos en poner límites, sin embargo, si todas las partes involucradas establecen una comunicación fluida, donde se establezcan objetivos claros y una evaluación permanente que permita reafirmar o corregir los mismos, esto será posible.
