Es recurrente y preocupante entrar a una panadería, tanto de Palavecino como de Iribarren, y leer: “No hay pan”.
EL IMPULSO hizo un recorrido por cinco establecimientos de esta naturaleza y sólo en uno se pudo constatar que había el preciado producto.
Según versión de Mecías Da Silva, propietario de una panadería del oeste de Barquisimeto, la carencia de pan francés es debido a la escasez de harina de trigo.
“Las estanterías están vacías porque se hace el pan que más o menos calculamos se vende diariamente. Me explico, hacemos pan tres veces al día en una cantidad limitada y estiramos la harina para que nos dure”, apuntó.
Añadió que las panaderías se han visto severamente afectadas porque las distribuidoras no cuentan con inventario de harina de trigo.
Enfatizó que el producto comenzó a desaparecer cuando el Gobierno lo reguló.
“Ahora encontrar un saco de harina de trigo regulada es más difícil que encontrar petróleo”, precisó.
El precio no da ganancias
Los márgenes de ganancias con el pan regulado son nulos, amplían algunos comerciantes consultados, explicando que un saco de harina de 42 kilogramos cuesta 460 bolívares según precio controlado.
“Ahora se especula abiertamente con el producto y cada saco sobrepasa los 1.400 bolívares”.
Mecías afirmó que con 50 sacos de harina pueden elaborar pan para 15 días, regulando la venta de 15 unidades por personas “pero hay que rendirla para tres o cuatro meses”.
Vender pan ya no es negocio
Por su parte, Eleana Castillo, acotó que la harina de trigo por bulto tiene un precio regulado que no se respeta, incrementándose el valor a precio de mercado negro.
“Las panaderías se ven obligadas para subsistir, comprar el saco de harina en mil 500 bolívares, y así el Gobierno pretende que vendamos el pan a 6,90 bolívares cada kilogramo, lo que nos llevaría a cerrar”, expresó.
Aseveró que las panaderías han optado en vender el pan a 2 bolívares la unidad, la canilla a 8 y el campesino en 15.
Esa y otras razones conllevan a que en las panaderías ya no se exhiban los panes como otrora, ni tampoco se pueda adquirir la cantidad deseada.
La escasez de leche en polvo es otra limitante que afecta a los panaderos, y la líquida llega en pocas cantidades, por tanto, se utiliza para la venta de café.