Cada vez son más los estudios que corroboran que una adecuada práctica de actividad física es altamente beneficiosa tanto para la salud física como para la mental.
Sin embargo, no hay mayor evidencia que experimentarlo en carne propia porque nosotros mismos somos conscientes de que cuando realizamos una actividad física estamos de mejor humor, nuestra mente está menos espesa y nos aporta una gran cantidad de cosas buenas.
Busca asesoramiento
Hay gente que lo tiene muy claro; otra, que probando diferentes actividades, da con ella; aunque hay algunos casos en los que cuesta algo más.
Para este último grupo, antes de la práctica de actividad física es conveniente pedir consejo a un profesional. Por ejemplo, si estás en un gimnasio en el que tienes diferentes actividades (y no quieres probarlas todas), puedes preguntar al monitor/a que es lo que quieres conseguir, cuáles son tus gustos (y qué es lo que detestas o lo que nunca harías, si es que hay algo), si tienes alguna lesión o problema de salud, etc. y déjate aconsejar.
Después de probarlo, sé tú mismo el que decida seguir con ello o buscar otra cosa.Aunque todo requiere una constancia y un trabajo. Por ello, no desistas a los 3 primeros días, experimenta 2 semanas (a no ser que haya algún movimiento o ejercicio que te produzca dolor) y a ver qué tal.
Los primeros días son duros, pues nos salen agujetas, experimentamos sensaciones que nunca antes habíamos experimentado, puede que nos sintamos más “débiles”, etc.
Un deporte en el que disfrutes
Como ya hemos comentado anteriormente, busca algo que realmente te haga sentirte bien y cómodo. No tienes por qué seguir las modas. Y, gracias al cielo, tienes un sinfín de actividades físicas entre las que escoger: baile, aerobic, tonificación, natación, yoga, Pilates, etc.
Si eliges una práctica de actividad física que realmente te guste y te motive, te será mucho más fácil ser constante y progresar.