Los larenses ya parecen estar acostumbrados a las colas para adquirir cualquier alimento o productos de aseo.
Hasta las redes sociales son utilizadas para informar en dónde se puede conseguir tal o cuál producto, en medio de la incertidumbre que agobia a los venezolanos.
Este viernes, a los mercados Cecosesola y Central Madeirense, llegaron diversos productos que desaparecieron de los anaqueles hace un poco más de un mes.
Las largas colas se apreciaron desde las primeras horas de la mañana y las redes sociales como Twitter, Facebook, entre otras, se inundaron de fotografías y comentarios descriptivos de los productos existentes y la cantidad de adquisición por persona.
Eran kilométricas
Desde lo lejos en los supermercados Central Madeirense de Valle Hondo, en Palavecino y Las Trinitarias en Iribarren, las largas colas parecían filas de hormiguitas.
Belkis Arenas llegó de El Ujano hasta Las Trinitarias porque se enteró por Twitter que había aceite comestible.
“Llegué a las 7:45 y la cola ya tenía más de cien personas”, declaró con dos litros del preciado producto en los brazos.
Al ser consultada sobre si era capaz de revenderlos a 100 bolívares cada uno dijo: “No vale, esto no tiene precio. Desde los primeros días de diciembre no conseguía por ninguna parte”.
A esta red de supermercados llegó además de aceite comestible, leche en polvo, margarina, mayonesa, azúcar, harina de maíz y carne de res, razón por la cual la cola, a las diez de la mañana contaba con más de 450 personas, según lista que manejaban los consumidores que se organizaban para evitar desorden.
Las puertas del supermercado estaban cerradas y la cola se hacía tanto afuera como adentro del establecimiento, el cual estaba resguardado por seis efectivos castrenses y unos seis funcionarios de Polilara.
El drama era mayor
En la Feria de Consumo familiar (Cecosesola), el escenario no era menos traumático: la cola estaba formada, en el área de víveres, desde la noche anterior.
En este mercado popular también había llegado “de todo, menos mayonesa, “pero hay papel sanitario y jabón en polvo del bueno”, indicó con ánimo Alexandra Tovar, un poco extenuada porque hizo la cola desde las cinco de la mañana y salió a las diez con dos bolsas de víveres y una inversión superior a los mil bolívares.