El equipo informal de grandes nombres del fútbol que critica la organización del Mundial-2014 reclutó un nuevo integrante, que es además el más ilustre: el «rey» Pelé lamenta la imagen causada por los atrasos en las obras para el torneo que arranca en cuatro meses.
El ganador de tres Copas del Mundo (1958, 1962, 1970) con la ‘amarelinha’, considerado por muchos como el mejor jugador de todos los tiempos, no es un gran rebelde.
Pero el jueves, en una entrevista con el diario O Estado de Sao Paulo, el embajador honorario de la Copa del Mundo explotó al opinar sobre la preparación del país.
«Me pone triste porque para ganar el derecho a ser sede del Mundial pasamos cuatro años viajando. Fui a África, Asia y Europa para pedir votos para que Brasil ganara el derecho de ser sede del Mundial», expresó.
«Es triste porque era una oportunidad para Brasil no sólo en términos de fútbol. La Copa Confederaciones, la Copa del Mundo y los Juegos Olímpicos eran una oportunidad para atraer turistas y facturar bastante pero, infelizmente, estamos cojeando un poco», lanzó.
«Es difícil decir por qué está ocurriendo esto, porque teníamos tiempo», enfatizó, haciendo referencia a que Brasil ganó el derecho de organizar el Mundial siete años antes del puntapié inicial, el período más largo en la historia del torneo.
Los estadios volvieron a ser punto neurálgico de la organización, después de que el 21 de enero, el secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, se mostró alarmado por los atrasos en las obras del estadio de Curitiba (sur), que podría quedar excluido.
Dos días después, y tras palabras de optimismo de la presidenta Dilma Rousseff, el francés indicó que esperaba la entrega del complejo para «finales de abril, principios de mayo».
Hasta el momento hay siete estadios mundialistas prontos, los seis utilizados en la Copa Confederaciones en junio pasado –muchos entregados también con atraso–, y el Arena das Dunas de Natal (noreste), inaugurado en enero.