Otro disparate

Nicolás Maduro tiene la capacidad de sorprendernos no por los aciertos de su gobierno, sino por sus disparates. Imposible para quienes hemos enseñado Derecho Internacional Público o Aspectos Prácticos de la Diplomacia dejar de referirnos a la proposición anunciada del gobierno venezolano de llevar la idea a la reunión de la Celac en La Habana, que Puerto Rico, sea admitido en ese organismo internacional.
Todos sabemos que las provincias de los países no pueden comerciar o pertenecer a organizaciones no gubernamentales, que son actores del sistema internacional, pues eso le está reservado a los Estados. A los gobernadores o alcaldes de Québec, Barcelona, las provincias vascas españolas, Hong Kong, para solo citar unos ejemplos que han lidiado con el separatismo de una parte de la población, no se les ocurrió hacer una proposición de esta naturaleza.
Pero nuestro flamante mandatario salió de Caracas para Cuba con esa idea, lo cual en cierta medida es un intervencionismo en los Estados Unidos, porque Puerto Rico es un estado asociado de ese país y no tiene personalidad jurídica internacional. Y hace el ridículo después, firmando precisamente una declaración de la Celac, rechazando el intervencionismo. Menos mal que en Venezuela, estas cosas más allá de los conocedores del asunto, pasan inadvertidas, pues el Zulia en base a esa proposición de Maduro, podría comerciar entonces directamente con Alemania, Japón, Estados Unidos, España o Italia.
Esto no hace otra cosa que confirmar aquello que afirmaba Miguel de Unamuno: “Es necesario repetir a diario lo que a diario de puro sabido se olvida”. El oficio de diplomático y el manejo de las relaciones exteriores deben estar en manos de profesionales del área. Una mañana agitada posterior a los sucesos del 19 de abril de 1810, nació la educación para la diplomacia en Venezuela. En las instrucciones dadas personalmente por Juan Germán Roscio a los comisionados Simón Bolívar, Luís López Méndez y Andrés Bello que integraban la llamada Misión a Londres, está la génesis de la formación de los diplomáticos venezolanos. Más tarde, en 1820, Roscio repetiría esta tarea cuando formó a los delegados por Venezuela para negociar con el Papa Pío VII. Bolívar hubiera sido nuestro Embajador en México en 1815 o como el mismo lo expresó, nuestro agente en el Vaticano en 1830.
Venezuela ha tenido cancilleres de lujo. Cancilleres Maestros: juristas, poliglotas, historiadores, poetas, literatos, todos dotados de tacto, de finos modales e incapaces de desplantes.
En 1916 se creó un curso especial para ingresar a la carrera diplomática y consular, adscrita a la Facultad de Derecho de la UCV, hasta que definitivamente el 31 de enero de 1958 se creó la Escuela de Estudios Internacionales en la UCV adscrita a la Facultad de Economía. Con motivo de estar cumpliendo cincuenta y seis años de creado el gremio de los internacionalistas, el Colegio de Internacionalistas de Venezuela, ha denunciado la eliminación de los concursos para ingresar al Ministerio de Relaciones Exteriores, siendo sustituido el método por la politización e ideologización del servicio exterior, convirtiendo la Cancillería e una Oficina de Propaganda del chavismo. Fue a partir de la implementación de la Ley del 2005, cuando los concursos de oposición dejaron de convocarse. Los negocios del país siguen tratándose de manera empírica, desarticulada e improvisada.
Las conclusiones de la Celac no pasaron de ser sino un apoyo al gobierno cubano que días anteriores encarceló, amenazó y persiguió a opositores a ese régimen, en una demostración más de que no es un país democrático sino un feudo de los hermanos Castro. Declarar a Latinoamérica una zona de paz, es bueno, pero no va más allá de la retórica, cuando sabemos que sin la intervención de potencias extracontinentales, la situaciones que viven Venezuela, México, Colombia, por causa de la inseguridad, guerra de carteles del narcotráfico o guerrilla es una grave realidad.