La huerta de verduras que el Instituto de Problemas Biomédicos de Rusia envió a la Estación Espacial Internacional (ISS) para un experimento ha comenzado a crecer. Según ha informado el organismo,los guisantes, varios vegetales de hoja verde y una variedad de trigo enano han ‘cuajado’ en el espacio y son aptos para el consumo.
La investigadora Margarita Levinskikh ha explicado a la agencia Ria Novosti que este proyecto incluye una segunda fase relacionada con el cultivo de invernadero, en el que se plantarán arroz, tomates y pimientos. La científica ha destacado que este experimento, además de ayudar a completar la dieta de los astronautas del módulo espacial, pretende ayudar a conocer si estos cultivos cambian genéticamente en el espacio. Además, es un primer paso para uno de los proyectos que tiene en mente la NASA para una futura misión en 2015: un invernadero en la Luna.
Esta iniciativa, actualmente en proceso de desarrollo, tiene como objetivo principal obtener información sobre la supervivencia de plantas en un entorno como el del satélite y comprobar si el ser humano podría acabar viviendo o trabajando allí.
Los expertos están desarrollando una cámara de crecimiento sellada, que puede soportar la germinación en un período de 5 a 10 días en una nave espacial en la Luna. En el interior del contenedor, un papel de filtro con nutrientes disueltos propiciará que, alrededor de 100 semillas de Arabidopsis, 10 semillas de albahaca y otras 10 de nabos, puedan desarrollarse como en la Tierra.
Según han informado los expertos, si las plantas sobreviven 14 días se demostrará que las plantas pueden brotar en el ambiente de radiación de la Luna, mientras que la supervivencia de 60 días demostraría que la reproducción sexual (meiosis) puede ocurrir en un ambiente lunar. Finalmente, la supervivencia de 180 días mostraría los efectos de la radiación sobre los rasgos genéticos dominantes y recesivos.