Lo del Deportivo Lara tiene un mérito enorme. Presentarse al estadio Pueblo Nuevo, frenar al Deportivo Táchira, y sacarle un punto en su campo, ante más de 29 mil personas, es un logro importante. Otra demostración de jerarquía, enseña el conjunto rojinegro que tiene los argumentos para pelear por el título del torneo Clausura.
Cierto es que van apenas cuatro fechas y es muy temprano para hablar de candidaturas. Pero es inevitable no hablar del cuadro crepuscular como un contendiente de peso, un equipo con aspiraciones reales, cuando ha salido bien librado de un primer mes de certamen bastante complicado. Le ha tocado fuerte, ha bregado con tres pesos pesados en las cuatro primeras jornadas, y ante todos ha salido con resultados positivos. El punto cosechado en San Cristóbal es tan importante y valioso como la victoria conseguida una semana antes en Cabudare frente al Zamora.
La tropa de Rafael Dudamel detuvo en seco a un Táchira que venía con puntaje perfecto. Desarmó su ataque, minimizó sus opciones, controló a sus referentes ofensivos, en una tarde de mucho orden y concentración. Pocas oportunidades le permitió al carrusel aurinegro. Lo maniató. Apenas un tiro libre generó preocupación, atajado en una gran intervención de Alan Liebeskind, eso antes una ejecución de Giancarlo Maldonado.
Mantuvo el cero en el arco con mucho criterio. Y sin verse en aprietos. O por lo menos sin tener las dificultades que se esperaban de jugar contra un rival como el blindado Táchira. Lo hizo lucir como un equipo más, sin que hiciera peso su plantilla de jugadores estelares, el arsenal con el que cuenta la oncena de Daniel Farías.
Deja su valla intacta por tercera vez en cuatro juegos. Y vuelve a repetirse la buena actuación de Jhon Chancellor, un defensor que recibió la oportunidad de ser titular tras el castigo fechas atrás sobre José Manuel Rey, y ha estado a la altura de las exigencias, al lado de un Marcelo Maidana que luce de nuevo en su nivel y un juvenil José Luis Marrufo muy sólido, que no desentona y ofrece buenas demostraciones, sin olvidar el buen arranque de Joel Cáceres.
No está primero en la tabla, pero sus exhibiciones han sido más contundentes que la del propio Zamora (puntero con 10 unidades). El Lara marcha quinto en la clasificación con ocho contables. Podría estar más arriba, de no haber perdido la ventaja en aquel partido que le ganaba en Puerto La Cruz al Anzoátegui, pero, a fin de cuentas, fue un punto de visitante y como tal valioso.
Lo que se resalta del cuadro larense es su notable cambio de un semestre a otro. Le falta todavía contundencia en ataque, pero, sin duda, es muy sólido en defensa, aspecto del que se basa para pescar resultados positivos, sobre todo en los encuentros que restan.
Anzoátegui, Zamora y Táchira. Tres favoritos ante los que ha logrado buenos dividendos. Asoman, ahora, rivales de los llamados accesibles. Por ejemplo, el domingo toca enfrentar a Yaracuyanos, uno de los colistas y ante el cual debe ser categórico para seguir en la zona alta de la clasificación, al acecho del Zamora, al que busca bajar de la cima. Va por buen camino la tropa de Dudamel.