En el Instituto Agustiniano Doctor Gualdrón, monseñor Antonio López Castillo, arzobispo de Barquisimeto, presidió una eucaristía en acción de gracias por la Jornada Mundial de la Vida Consagrada que se celebró el domingo dos.
Al banquete eucarístico acudieron diferentes representantes de las congregaciones, sociedades y asociaciones que trabajan por la construcción del Reino de Dios en la tierra.
Fue una celebración de la liturgia, llena de gran espiritualidad, y preparó a los presentes para la comunión con Cristo mediante la hostia consagrada.
Un grupo de aspirantes de las diversas congregaciones, acompañó con cantos durante la misa.
Pobreza, castidad y obediencia
Monseñor López Castillo, reflexionó acerca de la vida consagrada y su importancia para la Iglesia católica. Explica que es necesario imitar de Cristo las virtudes como pobreza, castidad y obediencia, entre muchas otras.
Son un pilar fundamental para nuestra Iglesia, dijo, compartiendo el gozo de las comunidades religiosas que hacen vida en nuestra ciudad.
Además mencionó las bendiciones de carismas y/o maneras de servir a Dios. “Hay congregaciones dedicadas a la contemplación de Jesús en el Santísimo Sacramento, una de las más hermosas expresiones de la vida consagrada”, sostuvo.
Misionar es tarea de todos
Por su parte, el padre Antonio La Rocca, vicario episcopal de la vida consagrada de la Arquidiócesis de Barquisimeto, plantea que debe inculcarse en el pueblo de Dios, “el amor por el prójimo y animar para la difusión del Evangelio que es Jesús mismo”.
No es perder la vida, dijo, sino ganarla para Cristo como lo expresaba el apóstol de los gentiles, San Pablo. Asimismo, informó que en Barquisimeto existen alrededor de 40 congregaciones femeninas y masculinas hay unas 30.
Después de la santa misa, se llevó a cabo un ameno compartir que sirvió para fortalecer los lazos de hermandad.