La historia de un pescador salvadoreño que afirma haber sobrevivido 13 meses a la deriva en el Pacífico alimentándose exclusivamente de pescado, aves y sangre de tortuga, dejó escépticos a algunos especialistas de la supervivencia en el mar, consultados el martes por AFP.
«Estoy más bien escéptico sobre esta historia, por su duración», dijo el doctor Jean-Yves Chauve, médico francés de regatas en alta mar, habituado a aventuras extremas en medio marino, según el cual algunos elementos hacen dudar de la veracidad de esta «hazaña».
Chauve recordó varios casos de náufragos, incluyendo el de un pescador tahitiano, Tavaé, rescatado tras derivar cuatro meses en el Pacífico a principios de los años 2000, «que estaba muy delgado y debilitado cuando lo encontraron», contrariamente a lo que muestran las fotos del pescador mexicano José Salvador Alvarenga, barbudo y peludo pero que parece estar más bien relleno y muy lejos de estar extenuado.
Fue rescatado el lunes por una patrulla de la policía de las islas Marshall en un atolón aislado en el que había naufragado el jueves pasado con su embarcación de siete metros, al término de una larga deriva de 12.500 kilómetros, según su propio relato.
«Hay muchos relatos de gente que sobrevivió mucho tiempo en una balsa pero nunca nadie había resistido tanto tiempo. Si su relato es verdadero, se trata de algo excepcional», coincidió Hilmar Snorrason, presidente de la IASST, una asociación internacional para la seguridad y la supervivencia basada en Southampton, en el Reino Unido.
Varios elementos llaman la atención
Varios elementos, incluyendo el régimen del náufrago y el hecho de que no haya tenido acceso a agua dulce, llamaron la atención de los dos especialistas.
«Los alimentos que absorbió, pescados, aves marinas, están exclusivamente compuestos de proteínas, que si bien resultan útiles para la estructura muscular no lo son para el funcionamiento del cuerpo humano, que necesita carbohidratos. Y sin azúcar no va a funcionar bien, especialmente las neuronas, explica el doctor Chauve.
Al experto no le asombra, sin embargo, que la embarcación se haya convertido en un pequeño islote cuyo fondo se cubrió de una fauna que atrajo a pequeños y grandes peces, que el pescador pudo atrapar para alimentarse.
Los más extraño, según él, es «el problema de la falta de vitamina C, que sólo está presente en frutas y legumbres, y gran causa de mortalidad en el mar en la época de Cristóbal Colón. Normalmente debería haber padecido síntomas de carencia de vitamina C, como pérdida de dientes, encías que sangran, cansancio, características que sin embargo no presenta».
Sobre todo, agrega Chauve, sin agua dulce un hombre no puede sobrevivir mucho tiempo, aunque absorba el agua contenida en un pescado (70%) o sangre de tortuga y «aunque llueva un poco de vez en cuando, un año parece mucho tiempo».
«Hay gente que sobrevivió mucho tiempo. El propio Alain Bombard, biólogo francés que cruzó el Atlántico a bordo de un bote inflable, demostró que se puede sobrevivir mucho tiempo en el mar, pero en las condiciones de temperatura existentes en esa zona tropical donde se transpira mucho y con vientos muy débiles, resulta asombroso», dijo el experto.
A Chauve no le asombra sin embargo que el pescador no se haya cruzado con ningún barco en el Pacífico, «donde la circulación de naves es mucho menos intensa que en el Atlántico».
Pero Snorrason dijo estar asombrado de que el náufrago no se haya topado con condiciones climáticas más adversas en un año, en esta zona del Pacífico «en la que no sólo hay buen tiempo», o que haya conservado «una noción tan precisa del tiempo que pasa».