El ministerio de música Kejaritome, en griego: repleta de la gracia y del poder de Dios, perteneciente a la parroquia San Agustín, en el oeste, compuso una emotiva canción a la patrona de los larenses.
La ofrenda musical se debe a que se cumplen 50 años de su primera visita al templo ubicado en la calle 47, entre carreras 17 y 18. La composición de la letra estuvo a cargo de Óscar Antonio, Osmir y Óscar Martínez, Mireya Garrido y Paola Di Bocco.
Ayer, a los pies de la Virgen María, cantaron la serenata que está inspirada en pasajes bíblicos que detallan la humildad y espíritu de servicio de la Bienaventurada.
Hasta hoy permanecerá la imagen de la Divina Pastora en la parroquia San Agustín; esta tarde será llevada en hombros de sus devotos hasta la iglesia San Vicente de Paúl, ubicada en la avenida del mismo nombre con calle 48.
Oraciones a la Madre
Este lunes, seguían los devotos de la Madre de Dios, presentando sus más sinceras peticiones. Ana Machado, de la comunidad Brisas del Obelisco, explica que va con la Divina Pastora a las diferentes parroquias que visita en la ciudad.
No es una promesa, aclara, simplemente está cautivada por el amor maternal que le brinda la Reina del Cielo. Desde su niñez, le inculcaron la devoción mariana, de allí que le profese tanta abnegación.
“Es nuestra madre y debemos amarla los 365 días del año; La Divina Pastora es una bendición para todos los barquisimetanos, porque nos cubre con su manto y aparta de nosotros cualquier maldad”, explicó.
Servicio desinteresado
Los Celadores de la Divina Pastora, también la acompañan a cada visita en las parroquias, por ser un servicio que precisamente los exhorta a cuidar de la imagen con profunda devoción.
Vestidos de azul, en actitud orante, se observan a los servidores en los alrededores de la imagen que sale en procesión cada 14 de enero.
¿La paga? Es una ofrenda al cielo que no tiene remuneración alguna más que las infinitas bendiciones que son repartidas a ellos por mediación de la Santísima Virgen María.
