Hoy en día, el tema de adelgazar, estar a dieta y mantener un cuerpo bello y esbelto se ha convertido en algo más que un deseo de nuestra sociedad, casi diríamos que una obsesión.
El poder estar bien de salud y cuidar el cuerpo es algo positivo y bueno para el individuo, pero no hay que olvidar que estamos hablando de una meta personal como cualquier otra en la que median los mismos factores que para poder lograr cualquier cosa que nos propongamos.
No es una cuestión de adelgazar por adelgazar, ni adelgazar en dos semanas lo que querría haber logrado en todo un año. Así sólo podemos caer en trastornos de alimentación, en desmotivarnos, en darnos por vencidos y renunciar a algo que en principio puede ser hasta saludable y bueno para cada uno. Cada vez vemos más la importancia que tiene el equilibrio emocional para adelgazar ya que si no estamos bien, difícilmente adelgazaremos o lo haremos a costa de nuestra salud física y mental.
¿Cuáles son los factores que influyen y tienen que ver con la posibilidad de alcanzar mis metas?
Para poder armonizar adelgazar y equilibrio emocional, o sea alcanzar el objetivo de pérdida de peso de forma saludable y eficaz, hay que tener en cuenta estos factores:
Tiene que ser un deseo, no una necesidad: si lo percibo como una necesidad desesperada, en el momento en que me encuentre la más mínima dificultad para lograrlo me derrumbaré y pasaré al otro extremo, me daré por vencido.
Equilibrio emocional para adelgazar: No es cuestión de intentar cambiar lo que yo soy, sino mejorar algún pequeño aspecto de mí mismo. Hay que mantenerse al margen de la influencia social, No somos un patrón, ni máquinas todas iguales que funcionan y rinden igual. Por ese motivo todo lo tengo que centrar en mí, en lo que voy logrando, no de forma comparativa, sino personal e individual.
Conclusión básica sobre adelgazar y equilibrio emocional
No hay que olvidar que adelgazar como decíamos no es sólo una cuestión de seguir una dieta, sino que también influyen en ese proceso factores psicológicos de la persona. Es necesario transformar la obsesión social por adelgazar en un gusto personal por cuidarme y estar sano, que no es exactamente lo mismo.