James Lee no fue consciente, pero puede revivir su agónico rescate en pleno salto gracias a la cámara que llevaba en su casco y que captó cómo perdía el conocimiento en el aire y sus compañeros acudían en su ayuda y le abrían el paracaídas.
El joven británico saltó desde una avioneta a 3.810 metros junto a un grupo de amigos en Wiltshire. Llevaba una cámara anclada en su casco que recogió su desfallecimiento y cómo sus compañeros, al ver su estado en pleno descenso, se acercaron hasta él para salvarlo.
La sacudida que le produjo su paracaídas al abrirse le devolvió a la realidad que ahora puede ver como si hubiera estado despierto.