La promulgación del Decreto 602 del presidente de la República, Nicolás Maduro, afecta el funcionamiento de los centros comerciales del país y lo más preocupante es que desacelera la inversión en el sector de la construcción, según se desprende de las declaraciones proporcionadas por Luis Roberto Suárez, gerente general del Sambil Barquisimeto.
Dicho decreto, publicado en la Gaceta Oficial Nro. 40.305 del 29 de noviembre del 2013, reza la decisión presidencial “establece un régimen transitorio de protección a los arrendatarios de inmuebles destinados al desempeño de actividades comerciales, industriales o de producción”
La medida, explica Suárez, tiene cuatro pilares, el primero de los cuales regula el canon de alquiler de cada uno de los locales comerciales a 250 bolívares por metro cuadrado; segundo, elimina el cánon variable , que era el porcentaje de la venta, dependiendo del tipo de negocio; tercero, determina que el gasto de condominio o gastos comunes no puede exceder del 25 por ciento del cobro del alquiler; y cuarto, no se pueden aplicar las normas internas que regían para el funcionamiento de cada centro comercial.
Desde la creación del Sambil Caracas, se comenzó con la iniciativa de las normas internas, porque anteriormente los centros comerciales no se manejaban por una normativa establecida por la adminisración del condominio, refirió. Sambil formó un equipo de la parte administrativa y una serie de normas que garantiza, primero, la buena apareciencia del moll; segundo, el respeto de los horarios de trabajo; tercero, que haya uniformidad en los trabajadores así como también una excelente presentación de las tiendas, mantenimiento de limpieza constante, el establecimiento de horarios para el ingreso de las mercancías y salidas de desechos.
El acatamiento de esas normativas era obligatorio y, por supuesto, había recordatario para quienes incumplieran. Se había determinado que cada tres notificaciones por la misma causa se aplicaba una multa; pero, ésta se descontaba al condominio, por cuanto no era un ingreso que como tal tenía Sambil, sino que se reintegraba a todos los gastos comunes y eso hacía que bajara la “maestra”.. Desde luego, se daban plazos de cumplimiento, se pedía a los gerentes que cumplieran las normativas y hacerlo del conocimiento de todos los trabajadores.
En cuanto a los alquileres, los centros comerciales que ha hecho Sambil se estima un retorno del capital entre 12 y 20 años, precisó. Pero, ese retorno y la ganancia permite hacer una nueva inversión. En los quince años, desde que comenzó sus operaciones el Sambil Caracas, se han construido 9 centros Sambil a nivel nacional. Y la meta de la constructora es que en cada ciudad importante de Venezuela hay un Sambil. Hay centros den Margarita, Caracas, Valencia, Punto Fijo, Maracaibo, San Cristobal y Barquisimeto. Y en Caracas además funcionan el Supercentro Petare y Boleita Centro.
Además Sambil ha construido viviendas para todos los estratos sociales, añadió. Ahorita superan las 85 mil edificaciones a través de los 55 años que tiene funcionado la firma.
Aparte de que el Decreto 602 no permite el retorno de capitales, desacelera la inversión en el sector de la construcción, porque ya deja de ser un negocio invertir en la edificación de un centro comercial.
Comentó la situación planteada por el Sindicato de Trabajadores de la Construcción en el estado Lara en este momento, donde hay 20 mil “portoneros” (trabajadores que acuden a los sitios donde hay un levantamiento de tierras y esperan una oportunidad de empleo). Pero, apenas 2. 000 de los 10 mil afiliados a esa organización se encuentran activos.
Proyección de las ciudades
El desarrollo de los centros comerciales proyecta a las ciudades en las que se instalan, resalta Luis Roberto Suárez. Les cambia el status y genera mucha actividad turística.
La existencia de estos molls, como ocurre en la isla de Margarita, permite que la visita de los turistas dinamicen la economía a diario.
Durante la construcción de cada uno de estos centros se genera mucho trabajo en la industria de la construcción y, por supuesto, una vez que están concluidos, el comercio proporciona colocaciones a un número indeterminado de personas.
Todos los que han sido construidos por Sambil es mano de obra venezolana. Diseñados por arquitectos, dirigidos por ingenieros y de ahí para abajo, puros venezolanos. Se impulsa la economía nacional.
Una vez que entra en funcionamiento un centro comercial del Sambil genera empleo a razón de ocho puestos de trabajo por ocho personas por cada metro cuadrado de área arrendable. En Barquisimeto hay más de 45 mil metros cuadrados de locales comerciales. Entonces, podemos decir que empleo directo entre personal de la administradora, contratistas que hacen vida dentro del Sambil y empleados de las tiendas, estamos hablando de más de 3.500 puestos de trabajo. Y además se generan 16 puestos de trabajo indirectos por cada cien metros cuadrados. Esto quiere decir que hay unos 7 mil indirectos. Eso, por supuesto, proyecta mucho la economía de la región.
Esa misma circunstancia hace que los establecimientos del centro de la ciudad mejoren porque la gente tiene como alternativa los centros comerciales. Nuestro enfoque en Sambil ha hecho que haya tiendas para todos los estratos sociales. No somos elitescos en cuanto al uso de los locales.