Nava-Rodríguez (Ejido – Edo. Mérida)
Despues de ocho años de ausencia, por invitacion de esta honorable familia tuve la oportunidad de visitar la bella y siempre recordada ciudad de Mérida. Es así que junto a mi hija Aryenmi y su madre Miriam asistimos a su ya tradicional paradura del niño, la cual como siempre se desarrolló basada en las mejores costumbres andinas y gracias a las atenciones de nuestra querida amiga y ya familia, doctora María Nava y sus hijos Wendy, Iriana y Tamanaco, pudimos disfrutar de una fabulosa noche. Gratamente fuimos sorprendidos con una variante, ya que observamos que los encargados de organizar y realizar dicha paradura del niño son los jóvenes sobrinos de la doctora María, quienes conjuntamente con un grupo de amigos y vecinos le dieron otro toque a la actividad al incluir y tocar instrumentos propios de una orquesta sinfónica junto a los ya tradicionales. Entre estos jóvenes recuerdo a Manuelito Plaza, Jorge y Mariana Prince, todo este grupo nos hizo recordar las primeras paraduras en la casa de esta familia, las cuales eran organizadas por el señor y gran amigo de todos Bonifacio Nava en unión de su querida y siempre recordada esposa Genarina Rodríguez de Nava (ya desaparecidos).
Allí pudimos deleitarnos con los ricos bizcochuelos, vinos, ponches y abundante comida. Es de resaltar que la asistencia fue masiva como es habitual, ya que esta paradura es una de las más famosas y concurridas en la población de Ejido.
También aproveché esta oportunidad para compartir con viejos amigos, tales como el señor Peñita y su señora esposa; profesor Luis Rodríguez e hijos, abogados y profesores Jesús Macini y Rafael Marcial Castellanos, profesor Irenio Hernández, Freddy (cartero de Ejido) y mi gran amiga Cecilia.
Por último le doy las más expresivas gracias y felicitaciones a quienes nos colmaron de atenciones en nuestra visita y esperando que el próximo año si Dios lo permite podamos reencontrarnos nuevamente.