La mañana de ayer, fue asesinado Alejandro Giménez Lucena, de 23 años de edad, en la calle 5 con carrera 6 del barrio San Francisco, al oeste de la ciudad, cuando, presuntamente, intentaba robar un carro marca Toyota, modelo Corolla Baby Camry, color vinotinto.
Según versiones extraoficiales, dos sujetos se acercaron al lugar del hecho a bordo de un carro marca Chevrolet, modelo Optra, del cual se desconocen mayores detalles. De ahí se bajó Giménez, quien portaba un arma 9 milímetros, e intentó someter a un efectivo de Inteligencia de un cuerpo de seguridad, propietario del Corolla, quien vestía de civil y estaba acompañado de dos menores de edad, y una joven de 18 años, familiares del afectado.
La situación se volvió confusa. Luego de un intercambio de disparos (según vecinos del lugar) al antisocial se le trabó su arma, antes de recibir un tiro en el intercostal derecho con salida por su espalda. El sujeto corrió hacia la carrera 5 buscando a su compañero del Optra. Luego de correr por cuadra y media, cayó desplomado en un local dedicado a la venta de repuestos, en la carrera 6 del lugar, justo en frente de una panadería y en plena vía principal del sector.
De inmediato, arribaron diversos agentes y funcionarios de los cuerpos de seguridad del Estado para resguardar la zona, y quienes fueron testigos de las últimas palabras del joven fallecido: “No me dejen morir aquí”, expresó. Posteriormente, perdió sus signos vitales antes de que llegara personal médico que le pudiese brindar asistencia y mantenerlo con vida. Fue llevado al Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, al oeste, donde ingresó muerto a la morgue de dicho centro asistencial.
Se conoció que Giménez estaba solicitado por las autoridades judiciales y era conocido en la zona como un “azote” del lugar. Su residencia estaba ubicada en La Playa de Santa Isabel, a poca distancia del lugar de su deceso.
Miembros del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas acudieron al sitio para levantar lo sucedido, mientras familiares esperaban a las afueras de la morgue del IVSS.
Un casquillo del disparo que, posiblemente, le quitó la vida a Giménez, permanecía en la acera de la carrera 6, así como una marca de sangre, la pistola con la bala que afectó su funcionamiento y un teléfono celular, estaban dentro del comercio donde se desvaneció. Vecinos del lugar, desde dentro de sus casas y con temor de salir a la calle, indicaron que la zona se “ha vuelto peligrosa”, por lo cual solicitaron mayor presencia policial o la instalación de un módulo de cualquiera de los cuerpos de seguridad.