En lo que han coincidido diversos analistas desde el anuncio de Rafael Ramírez, vicepresidente de economía, sobre el nuevo sistema que regirá la política cambiaria del país de ahora en adelante, es que este no se trata de un sistema de bandas sino de una devaluación del sistema de cambio con dos tasas, la preferencial, con una venta de 6,30 bolívares por dólar, y la paralela, que se regirá por el precio que se defina en las subastas del Sistema Complementario de Administración de Divisas (Sicad), el cual es susceptible a cambios.
El economista y expresidente del Banco Central de Venezuela, José Guerra, considera que con la transferencia de la mayor parte de las importaciones a regirse por el precio que fije el Sicad (sólo dejando a estudiantes y pensionados con la divisa preferencial), es una mentira la afirmación del Ejecutivo nacional de mantener el dólar a Bs. 6,30 durante el resto del año más allá de la absorción de la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi) por parte del Centro Nacional de Comercio Exterior.
Sobre la existencia de varios tipos de cambio en el país, Guerra estima un inconveniente porque se trata de una acción que profundiza la burocratización e impulsa la asignación discrecional de divisas para la importación en los distintos sectores del país.
La nueva visión del sistema cambiario tampoco combate al dólar paralelo, estima el especialista, por cuanto en realidad se amplía la brecha que separa la tasa oficial de la valoración que se le da a las divisas en la calle. La falta de dólares en el mercado nacional es una de las causas de este fenómeno, porque ante la entrega racionada de dólares el precio de la moneda sube.
“No será la única devaluación”
Eduardo Gómez Sigala, diputado a la Asamblea Nacional y expresidente de la Cámara Venezolana de la Industria de Alimentos (Cavidea), comparte la visión de quienes consideran que la más reciente decisión del Ejecutivo nacional se trata de una “devaluación encubierta”, que no será la única vez que se dé porque vendrán más anuncios en materia cambiaria bajo esta modalidad de interpretación.
“Sin embargo, la verdadera devaluación es en la calidad de vida de los venezolanos, donde no se consigue nada, donde se acelera la desinversión y el país está enfriándose cada día. Lo demás son artilugios y manipulaciones para engañar al país con esquemas para engañar”, dijo.
Aseguró que este esquema cambiario deberá ser desmontado totalmente por ser un esquema inviable para la venta de divisas y el crecimiento de la economía nacional, e cual debería estar basado en el estímulo a la inversión y la creación de empleo. “Vemos cómo el resto de los países del mundo se dan cuenta de que debe incentivarse la economía productiva en lugar de ir apagando de forma paulatina el motor de la inversión”.
Gómez Sigala espera que los venezolanos se den cuenta del camino económico que se toma “y deje la política de estar esperando a la realización de elecciones para reaccionar.
Medidas integrales
Al ser consultados sobre la decesión que ha debido tomar el gobierno nacional para lidiar con la crisis cambiaria, José Guerra señaló que las medidas económicas han debido ser más integrales, en lugar de tratarse de una serie de resoluciones aisladas para lidiar con los estragos del fenómeno.
“Una política que lleve al verdadero crecimiento de la economía, que genere confianza, y no estas medidas parciales, incompletas e inconexas. No son medidas para liberar más dólares sino paños de agua caliente”.
Por su parte, Eduardo Gómez Sigala recomendó la liberación de la tasa de cambio, con la facilitación de la entrada y salida de los dólares al país, a los fines de estimular la inversión y quienes necesiten la mercancía puedan adquirirla sin trabas.
“Es que nosotros (en Venezuela) vamos a la inversa. Cada institución creada genera burócratas y parásitos, pero del Estado y el Gobierno. En la medida en que se vayan desmontando a estos funcionarios se simplificarían los procesos y no necesitaríamos tener a 110 viceministros y 38 ministros”.
Créditos en peligro
La omisión de la lista de prioridades del Gobierno nacional del pago de la deuda contraída con empresas a las cuales les fueron aprobados, pero no liquidados, dólares Cadivi, es motivo de preocupación para el economista José Guerra, por cuanto esta posición puede comprometer las posibilidades de empresas venezolanos para obtener créditos en el exterior.
“Es un problema porque los productos traídos ya han sido utilizados, los alimentos fueron consumidos. Por supuesto, eso puede afectar el crédito que las empresas extranjeras pueden dar al país y el suministro de bienes y servicios porque no se están pagando las deudas”, expuso.
La situación haría preguntarse a los proveedores extrajeros, acotó el especialista, cómo se puede mantener el envío de productos e insumos al país si se cuestiona el cumplimiento del compromiso contraído. Sobre todo con el condicionamiento al estudio del uso que las empresas haya hecho de las divisas y el precio que hayan fijado para comercializar sus productos en el país.
