El gobierno argentino levantó el viernes el cepo cambiario que regía desde finales de 2011 para la compra de divisas y consideró que su política de fuerte devaluación alcanzó el objetivo con una tasa de cambio de ocho pesos por dólar, consolidada al cierre del jueves.
El gobierno de la presidenta Cristina Kirchner decidió «autorizar la compra de dólares para tenencia y ahorro», a partir del lunes próximo, anunció el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, en conferencia de prensa en la Casa Rosada (gobierno).
«El precio del dólar (de 8,01 pesos en el mercado oficial) ha alcanzado un nivel de convergencia aceptable para los objetivos de la política económica», argumentó Capitanich.
Otra medida de alivio de los controles cambiarios será que a partir del lunes se reducirá del 35% al 20% «el anticipo de impuesto a las ganancias» que pesaba para compras con tarjeta de crédito en el exterior, dijo el coordinador de los ministros.
El gobierno venía administrando una pequeña devaluación del peso desde comienzos de 2013, pero entre el miércoles y el jueves indujo una fuerte baja de 18,6%, la mayor desde 2002 cuando el país se sacudía tras el colapso del tipo de cambio fijo que rigió durante 11 años hasta diciembre de 2001.
Argentina viene sufriendo una turbulencia en el frente cambiario y monetario, con una caída de las reservas del Banco Central de casi 1.000 millones de dólares en lo que va del año y una baja acumulada de 23.000 millones desde 2011.
Kirchner prohibió en 2011 la venta de dólares para ahorro y creó impuestos al turismo en el extranjero, entre otra batería de medidas que trabaron las importaciones para evitar la fuga de capitales, sin otra fuente de financiamiento que el Banco Central y entidades oficiales dueñas de fondos frescos.
Argentina decidió desde 2006 mantenerse al margen de los mercados mundiales de capital cuando canceló su deuda con el FMI y refinanció su voluminosa deuda pública que estaba en ‘default’ desde 2001 .