La guerra civil en Siria fue detonada por un acto de brutalidad: la detención y tortura de escolares que pintaron grafitis contra el gobierno en una ciudad del sur. Desde hace tres años, la guerra se ha convertido en uno de los conflictos más salvajes en décadas.
Las atrocidades han sido abundantes. Manifestantes baleados en las calles. Un cantante a quien le cortaron las cuerdas vocales.
Decapitaciones y asesinatos de civiles en masa. Barriles cargados con explosivos lanzados desde aviones hacia panaderías y casas.
Será difícil encontrar una solución política al conflicto de Siria en la conferencia de paz que empieza el miércoles en Suiza debido a las amplias diferencias entre el gobierno del presidente Bashar Assad y la oposición. Pero en un país ahogado en sangre la reconciliación y la administración de justicia a quienes cometieron atrocidades parece más lejano.
«El tejido ético y moral de esta sociedad se ha roto», dijo Amr al-Azm, una figura de la oposición residente en Estados Unidos y profesor en la Universidad Estatal Shawnee en Ohio. «Es muy difícil hallar el pegamento para que un país se recupere de esa ruptura traumática».
Una de las muestras más recientes de esa brutalidad fue exhibida por el trabajo de tres destacados expertos en crímenes de guerra, quienes dijeron que recibieron un enorme archivo fotográfico que documenta el asesinato de 11.000 detenidos por las autoridades sirias.
David Crane, uno de los tres expertos, dijo a The Associated Press que el archivo incluye numerosas evidencias que permitirían acusar a Assad y otros de cometer crímenes contra la humanidad, «pero lo que suceda ahora será una decisión política y diplomática».
En las 55.000 imágenes digitales, sacadas del país por un presunto desertor de la policía militar siria, se observa a cuerpos con señales de tortura, incluyendo marcas de ligaduras en el cuello y rastros de golpes, mientras que otros cuerpos exhiben la delgadez extrema de quienes mueren de hambre.
EL reporte, que fue patrocinado por el gobierno de Catar, uno de los más involucrados en el conflicto y que respalda activamente a la oposición, no pudo ser confirmado de manera independiente.
«Es escalofriante; es la evidencia directa para demostrar que se ha asesinado sistemáticamente a civiles», dijo Crane, quien fue fiscal en jefe para la Corte Internacional de Justicia en Sierra Leona.
La organización Human Rights Watch, con sede en Nueva York, dijo el martes que Estados Unidos se ha concentrado en llevar a las partes beligerantes a conversaciones de paz evitando «presionar seriamente» al gobierno de Assad para que acabe con las atrocidades y se juzgue a los responsables.
El grupo también acusó a Rusia y China de proteger a su aliado sirio de medidas concretas, como embargos, en las Naciones Unidas.
Para los conocedores del país, la caída en la barbarie no era inevitable sino que fue el resultado de decisiones conscientes tomadas por muchos de los participantes.
«Desde el primer día hubo un elevado nivel de violencia por parte del gobierno», dijo Nadim Houry, subdirector de la división de Human Rights Watch en el Medio Oriente y el norte de África. «Desde la guerra de los Balcanes y Ruanda, en la década de los 90, rara vez hemos visto un conflicto en que muriera tanta gente en tan poco tiempo».
Más de 130.000 personas han muerto en el conflicto y más de una cuarta parte de la población del país, de 23 millones en total, vive actualmente como refugiada, ya sea en Siria o en países vecinos.
Combatientes que tomaron las armas contra Assad después se enfrentaron unos a otros, por lo que los sirios quedaron atrapados en dos guerras que se libran al mismo tiempo.